Una alta capacidad, por sí misma, o una buena predisposición mental y física no son suficientes para explicar lo realmente excepcional, ese «algo» sublime que identifica a las personas con más talento, esas personas que se anhelan cuando no están cerca y se añoran si se pierden en las organizaciones por su capacidad para relacionarse con pacientes por su maestría en el desempeño. Pueden estar en cualquier rango de las tareas productivas; doctores, auxiliares o personal de atención al paciente. Se les identifica rápidamente si se posee una visión global de los elementos que comportan esta condición. Quizá su pronta identificación allana el camino para una buena gestión de éxito, a la vez que engrandece a su descubridor. Pero ¿qué les hace diferentes?
En la primera parte de este artículo tratamos las causas intelectuales. Hablemos del cerebro o de qué papel juega la biología en el desarrollo de habilidades, ya que toda habilidad humana proviene de una cadena de fibras nerviosas que transmite un diminuto impulso eléctrico, como hace referencia Gaspar Hernández en el artículo «El talento para quien lo trabaja», en El País.
Todos nos hemos preguntado alguna vez si la genialidad es innata o se puede crear a partir de algunos elementos más simples, por ejemplo, la voluntad, la promoción profesional o la ambición. Cada vez son más los científicos y neurólogos que aseguran que esos requisitos mentales son necesarios, sí, pero que no servirían de nada sin una abundante capa de mielina, que se puede desarrollar con un entrenamiento específico.
La mielina es una capa aislante que se forma alrededor de los nervios, entre ellos, los que se encuentran en el cerebro y la médula espinal. Está compuesta de proteína y sustancias grasas. El propósito de la vaina de mielina es permitir la transmisión rápida y eficiente de impulsos a lo largo de las neuronas. Gracias a la mielina se consigue que la señal eléctrica sea cada vez más fuerte y veloz, porque evita que se escapen los impulsos eléctricos del circuito neuronal. Cuando se practica alguna disciplina o tarea, la mielina responde cubriendo el circuito neuronal y en cada capa añade habilidad y velocidad. Hasta hace poco se creía que su función era únicamente protectora, a modo de cobertura del cable de electricidad, pero ahora se sabe que existe una interacción entre la mielina y las neuronas, y que ese estímulo nervioso, en determinadas condiciones, aumenta la cantidad de mielina en ciertas partes del cerebro y en los nervios de los grupos musculares ejercitados. El resultado es una mejora sustancial del rendimiento del «circuito» nervioso, un aspecto vital del talento. Es decir que, si el grosor de la mielina aumenta, también aumenta la calidad de los impulsos nerviosos y, con ella, el rendimiento, el perfeccionamiento en el desarrollo de la tarea.
El escritor Daniel Coyle publicó en The New York Times un extenso artículo en el que se preguntaba cómo es posible que un país tan pequeño como la República Dominicana produjera tantos jugadores de béisbol de primer nivel, o que una sola escuela de tenis en Rusia, la ahora célebre Spartak, produzca en condiciones precarias más jugadores de nivel que todo Estados Unidos. Debe haber un factor más específico. En dicho artículo Coyle expone que los estímulos externos tales como el apoyo, la promoción, el deseo de éxito, etc., son un mero facilitador de la causa real, concretamente del desarrollo de la capa de mielina en las fibras nerviosas. Esto sólo se puede hacer con el estímulo permanente del sistema nervioso, a través del ejercicio y el entrenamiento cotidiano. Si aceptamos esta versión del papel que juega la ilusión, la motivación, el voluntarismo y la capacidad de sacrificio para la reiteración, el ensayo o la práctica; no caer en la desidia y el desinterés es fundamental para la generación de mielina. Cabe pensar que sin pasión, elemento imprescindible para la continuidad en una tarea, el rasgo «obligatorio» elimina parte del potencial del individuo y, por tanto, su talento. Coyle subraya que el mero esfuerzo no basta, sin embargo: la interacción entre mielina y neurona tiene que darse en forma virtualmente simultánea, ya que un desfase brevísimo (del tiempo en que una abeja bate sus alas una sola vez), basta para desactivar el proceso de creación de mielina.
En el caso de la escuela rusa, cuyas instalaciones son precarias, Coyle describe los requisitos originales para la creación de un tenista sobresaliente, que son: a) padres con una gran dosis de ambición; b) comienzo a una edad temprana; c) profesores fuertes y respetados, y d) fortaleza mental de los niños. El catalizador del proceso es la predisposición de los niños a entrenar con entusiasmo, generando así más mielina, y la capacidad de los profesores para formar a sus alumnos en una técnica depurada y un muy necesario espíritu de sacrificio.
La práctica intensa se construye sobre el principio ensayo-error. Todo proceso de práctica y reiteración para conseguir objetivos específicos, permitiéndose cometer errores, hace al individuo más inteligente. Son aquellas experiencias en las que se está obligado a no correr, a cometer errores y corregir, y que, por tanto, hacen más ágil al individuo sin ser consciente de ello.
Robert Bjork, catedrático de Psicología de la Universidad de California y presidente de la Asociación Americana de Psicología, afirma que tendemos a pensar que nuestra memoria es una especie de grabadora, pero nos equivocamos: se trata de una estructura viva, de un andamiaje casi infinito. Cuantos más impulsos y encuentros generamos, cuantas más dificultades superamos, mayor es el andamiaje que construimos. A mayor número de andamios construidos, mayor velocidad de aprendizaje.
Cuando se practica intensamente, el tiempo se utiliza de una manera más eficaz, los esfuerzos pequeños producen resultados importantes y duraderos. Es un momento de poder, donde el fallo es capturado y convertido en habilidad. El truco consiste en elegir un objetivo que esté más allá de las habilidades actuales, en concretar la lucha. «Moverse a ciegas no ayuda en absoluto, llegar sí. Todo se reduce a encontrar el punto dulce», dice el profesor Borjk en una entrevista concedida a W Radio, de Bogotá. Existe una brecha entre lo que uno sabe y lo que está tratando de hacer. Cuando se encuentra el punto dulce, el aprendizaje despega. Es cierto que la práctica intensa puede parecernos un concepto extraño. Aquellos hechos que normalmente intentamos evitar, sobre todo errores, se convierten con ella en habilidades. Por tanto, para entender cómo actúa la práctica intensa debemos tener en cuenta, en primer término, la importancia, inesperada pero crucial, que tienen los errores en el proceso de aprendizaje. Es evidente que la mera repetición no siempre supone avance en la habilidad, imaginemos a un jugador de golf: el mero hecho de repetir toques de pelota no supone que mejore su técnica. Por otro lado no todo el mundo puede tener las características básicas necesarias para la práctica de un deporte o actividad intelectual. En muchos deportes hay que contar con unas condiciones físicas, y en el apartado intelectual, contar con un ambiente social propicio y un proceso formativo estimulante desde la infancia. Por tanto, lo interesante es encontrar eso en lo que uno se encuentra cómodo y no pensar que, por estar en ese ámbito de comodidad, la necesidad de práctica es menor, al contrario. Se hace necesario practicar y cometer errores y, después, practicar y errar, pero menos; y volver a practicar consiguiendo que los errores disminuyan y así aumente el desarrollo de talento.
VP20 Consultores es miembro del Club Excelencia en Gestión y del Club de Evaluadores Acreditados de la EFQM. Además es la empresa líder en España en consultoría y marketing dental. Con 20 años de experiencia en el sector y, habiendo trabajado en más de 2.000 clínicas privadas con resultados más que satisfactorios, es sinónimo de éxito en la implantación de herramientas de gestión eficientes entre sus clientes. De todas las técnicas utilizadas, cabe destacar el Coaching Dental. Ésta es una herramienta que lleva siendo utilizada en empresas de todos los ámbitos de EE.UU. desde hace más de 30 años. El Coaching ofrece una amplia visión de dirección y gestión de la clínica a los responsables de la misma, haciendo que sus aptitudes mejoren y esto se traduzca en un aumento de la cartera de pacientes y de los beneficios de la clínica. Para más información: www.vp20.com. |
ARTÍCULO ELABORADO POR:
Marcial Hernández Bustamante, National Excellence Assessor EFQM. Experto en Coaching, Gestión y Marketing Dental. Director General VP20 Consultores