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«El futuro está en desarrollar una implantología biológicamente guiada, que se adapte a las necesidades de cada paciente»

Eduardo Anitua es doctor en Medicina y Cirugía y especialista en Estomatología, formación que ha complementado en varias universidades de Estados Unidos y Europa. Pionero en el desarrollo de técnicas en bioimplantología y bioregeneración, tiene en su haber más de 100 artículos científicos publicados en revistas nacionales e internacionales y es conferenciante habitual en congresos de todo el mundo, una trayectoria que le ha hecho merecedor de numerosos premios y reconocimientos por su esfuerzo en la investigación y desarrollo en la implantología oral y maxilofacial y la medicina regenerativa como terapia.

Dedicado a la práctica privada, el Dr. Anitua es fundador y director científico del centro de investigación Biotechnology Institute (BTI), de Vitoria, un referente científico mundial en la regeneración tisular mediante el uso del plasma rico en factores de crecimiento autólogo (PRGF®-Endoret®). Una tecnología que permite utilizar los recursos del propio organismo estimulando la regeneración de tejidos de forma eficaz, sin efectos secundarios, reduciendo notablemente el tiempo de recuperación y disminuyendo el dolor y la inflamación en distintos tipos de lesiones e intervenciones quirúrgicas. Asimismo, es presidente de la Fundación Eduardo Anitua para la investigación en medicina regenerativa.

—¿En qué proyectos concretos está trabajando en la actualidad Biotechnology Institute?

—El uso del plasma rico en factores de crecimiento autólogo es una técnica muy experimentada en cirugía oral, maxilofacial e implantología, que ha abierto nuevas posibilidades terapéuticas en diversas áreas médicas como la dermatología, traumatología, así como en el campo del tratamiento de úlceras de piel en pacientes diabéticos, lesiones vasculares, rejuvenecimiento facial y otras áreas como oftalmología o cirugía general. Los últimos avances han tenido lugar en el tratamiento de la artrosis de rodilla y de las lesiones de la superficie corneal.

—El segundo Simposio Internacional en Medicina Regenerativa Traslacional celebrado el pasado 1 de octubre en Vitoria ha reunido a prestigiosos investigadores de todo el mundo ¿Cuáles han sido las principales novedades presentadas en este encuentro?

—Durante el Simposio se han presentado, entre otros, los resultados de los últimos ensayos clínicos sobre el tratamiento en la artrosis de rodilla y las lesiones corneales con plasma rico en factores de crecimiento. Estos estudios han probado que los tratamientos basados en este plasma pueden prevenir la evolución de la artrosis y retrasar su desarrollo, además de mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes.

En el caso de las lesiones de la superficie ocular que no responden a otros tratamientos, se ha comprobado que en el 74% de los casos produce una reducción de los síntomas y una mejoría de la agudeza visual.

El Dr. Anitua obtuvo en el año 2002 el primer premio en la V edición de Premios Odontoestomatólogos Gaceta Dental
El Dr. Anitua obtuvo en el año 2002 el primer premio en la V edición de Premios Odontoestomatólogos Gaceta Dental por el artículo publicado en la revista: «Valoración de la regeneración ósea en un modelo animal: utilización de Plasma Rico en Factores de Crecimiento».

—¿Qué trascendencia directa tienen estas investigaciones para la sociedad en general?

—En el caso de la artrosis de rodilla, según datos de la Sociedad Española de Reumatología, se estima que en España esta patología afecta a más de cuatro millones de personas. Es una enfermedad que causa dolor, rigidez e incapacidad y que en muchas ocasiones deviene en la necesidad de la colocación de una prótesis. A día de hoy, no existe un tratamiento curativo para esta dolencia, sino tratamientos paliativos que procuran mejorar las condiciones de vida de los pacientes.

De ahí la importancia de este primer ensayo clínico a nivel mundial que compara el tratamiento de la artrosis de rodilla con plasma rico en factores de crecimiento con el tratamiento estándar basado en ácido hialurónico, ya que muestra resultados muy concluyentes: el plasma es seguro y eficaz en el tratamiento de esta enfermedad, ya que reduce significativamente el dolor de los pacientes y mejora la rigidez y la capacidad funcional de las articulaciones.

La aplicación de los resultados de este estudio en la práctica médica puede suponer a corto plazo un cambio de paradigma para los enfermos que sufren esta dolencia porque no solo pueden prevenir la aparición de la artrosis o frenar su desarrollo, sino que también pueden significar una enorme mejora en la calidad de vida de miles de pacientes y un gran ahorro en el gasto sanitario.

En el área de la oftalmología, la mayor efectividad se encontró en el síndrome de ojo seco, una dolencia de gran prevalencia, considerada como la más frecuente de las afecciones oculares, de hecho es la patología más frecuente en las consultas de oftalmología (supone más de un 30% de las mismas).

Avances en Odontología

—Y, concretamente en Odontología, ¿cuáles han sido las principales aportaciones?

—La utilización del plasma rico en factores de crecimiento en esta área de la medicina proporciona muchas ventajas clínicas, incluyendo: un conjunto de factores de crecimiento y de proteínas que estimulan la cicatrización de heridas y la regeneración de los tejidos; una más rápida oseointegración del implante mediante la creación de una nanomembrana biológicamente activa en las superficies de titanio; un coágulo autólogo y una membrana de fibrina biocompatible para rellenar y sellar los defectos. Asimismo, permite una disminución de la inflamación, una preparación y manipulación del injerto más sencillas, una reducción del riesgo de infección o de cualquier otra complicación posquirúrgica y, en último lugar aunque no menos importante, una mayor bioseguridad y predictibilidad de los implantes dentales.

—La implantología oral, especialidad en la que usted fue pionero, ha sido toda una revolución para el sector dental. ¿En que situación se encuentra en este momento?

—La implantología oral ha sido un sector de nueva creación. Los que empezamos a hacer implantología oral en este país hace 20 años fuimos pioneros en este aspecto y durante estos años ha sufrido un extraordinario desarrollo tecnológico.

En los últimos 15 años hemos investigado y desarrollado nuevas técnicas y numerosas herramientas de diagnóstico que permiten una mejor planificación del tratamiento. Igualmente, hemos diseñado un sistema de implantes que se caracteriza por ser el de mayor versatilidad y predictibilidad del mercado, lo que nos ha permitido estar en primera línea de la vanguardia mundial. Actualmente, el porcentaje de éxito de nuestros implantes nos acerca a la excelencia, pudiéndose comprobar en las publicaciones realizadas de casos con un seguimiento de 5 años y un 99,3% de éxito.

—En la actualidad ¿cuáles son las asignaturas pendientes de la Odontología?

—Veo el futuro de la Odontología con gran optimismo. Esto es debido, por un lado, al gran número de excelentes profesionales que hay ejerciendo actualmente, y por otro, a que se está creando cultura y plantando la semilla que hará posible su continuidad gracias al gran número de estudiantes que se están formando en las universidades.

A esto hay que sumar la gran calidad y profesionalidad en la práctica diaria debido a una constante búsqueda de mejora, superación y actualización por parte de los profesionales.

—¿Qué avances nos deparará la Odontología del futuro?

—Creo que la evolución de la implantología se dirige hacia un enfoque biológico de la misma, que permita utilizar técnicas mínimamente invasivas. En este sentido, hay que destacar la importancia de los biomateriales ya que permiten prolongar la funcionalidad de los implantes a toda la vida del paciente para evitar, así, posibles reintervenciones quirúrgicas. También mejoran la fiabilidad e integración de los implantes, impidiendo reacciones adversas; acortan el tiempo de recuperación de los pacientes y simplifican la práctica quirúrgica por medio de una cirugía poco invasiva.

En definitiva, creemos que desarrollar una implantología biológicamente guiada, que se adapte a las necesidades de cada paciente, es el futuro de la implantología.

—El mundo de la investigación parece siempre un poco alejado del ciudadano de a pie. ¿Cuáles son los principales impedimentos para que estos avances lleguen con más rapidez a todos los ciudadanos y qué podría hacerse para vencer esa resistencia?

—La investigación médica ha crecido de modo considerable en los últimos años. En muchas ocasiones, gran parte de este esfuerzo no encuentra el eco ni la cobertura necesaria por falta de recursos de la propia empresa, del investigador, o por falta de conocimiento sobre cómo difundirla. El científico está acostumbrado a trabajar en el ámbito de lo específico y no le resulta fácil transmitir la visión global que requiere la sociedad para comprender ese nuevo descubrimiento. A esto hay que unir que la divulgación y difusión de temas científicos suponen un riesgo, tanto por el crédito que la sociedad concede a la comunidad científica como por cuestiones de propiedad intelectual. Es por ello que científicos e investigadores se muestran cautelosos a la hora de comunicar sus avances, hasta que existan pruebas fehacientes de que su trabajo está consolidado.

No obstante, por suerte, la sociedad demanda cada vez más información sobre los temas científicos y sanitarios y cada vez hay una mayor presencia de información científica en los medios de comunicación que utiliza un lenguaje más riguroso, didáctico y comprensible para la ciudadanía.

Además, hoy en día existe una gran diversidad de canales a través de los que desarrollar una política de divulgación eficaz. Por ejemplo, una vía puede ser a través de los medios de comunicación especializados, ya que están acostumbrados a trabajar con este tipo de información continuamente, por lo que son capaces de entenderla y trasmitirla de manera adecuada.

En el caso de los medios de comunicación generales es importante saber cómo contar las cosas. Muchas veces, un lenguaje demasiado científico, camufla cuestiones que explicadas de un modo más sencillo y con otro vocabulario, hubieran permitido que los descubrimientos y sus aplicaciones hubieran llegado a un público más amplio. Por eso, BTI apuesta firmemente e impulsa incondicionalmente la creación de foros multidisciplinares que faciliten la comunicación, la puesta en común y el intercambio de conocimiento de los profesionales a través de las revistas científicas, mesas redondas y congresos científicos. Igualmente, hace un gran esfuerzo en acercar los avances científicos y sus aplicaciones a las personas de «a pie», desde el convencimiento de que una de sus misiones es informar al conjunto de la sociedad.

—En el Simposio de Vitoria han participado expertos de todo el mundo. En investigación, ¿qué nivel tiene España respecto a otros países?

—En los últimos años, las instituciones han desarrollado e impulsado una política científico-tecnológica que ha apoyado al tejido industrial existente, y ha preparado el terreno para afrontar los retos de futuro. La apuesta por las ciencias de la vida es un paso más en ese esfuerzo continuado de renovación del tejido industrial para mantener la competitividad. En concreto, en el ámbito de la biotecnología, actualmente podemos decir con orgullo que España se está situando entre los primeros países del mundo y que tenemos un gran potencial para seguir mejorando. Somos conscientes de ese potencial del que disponemos, tanto tecnológico como humano y pensamos que hay que seguir fomentándolo.

Pero quizás, lo más importante es que estamos creando cultura y asentando las bases en el sector de la biotecnología. Las bases tecnológicas y el know how disponibles en la comunidad científica, así como sus buenas infraestructuras y un entorno propicio ayudan a las nuevas bioempresas a explotar desarrollos innovadores y a evitar que los jóvenes investigadores tengan que irse a otros países para desarrollarse profesionalmente.

—¿Hay suficiente apoyo a la investigación por parte de la Administración pública?

El Dr. Anitua

—Afortunadamente, en este sentido se ha avanzado muchísimo estos últimos años. Cuando decidí crear el laboratorio, no pude contar con ninguna clase de ayuda, pero como decía, actualmente creo que las instituciones han apostado decididamente por la biotecnología y la biomedicina. Tenemos que tener presente que la situación de la industria biomédica, por ejemplo en el País Vasco hace 10 años era marginal, pero gracias a la firme apuesta tanto de instituciones como de los profesionales que nos dedicamos a esto, algunas de las empresas ya somos referentes internacionales. Ha habido un cambio muy positivo en las instituciones, y creo que, si se mantiene esta colaboración, nos espera un futuro muy prometedor.

—¿Qué acciones podrían llevarse a cabo para fomentar la actividad investigadora?

—2010 ha sido un año de incertidumbres presupuestarias en el que la coyuntura económica no ha acompañado, aunque por otro lado, hemos podido presenciar nuevos avances en investigación y muchos otros proyectos y desarrollos biotecnológicos. Según algunos informes, el nivel formativo de los profesionales es uno de los factores mejor valorados y que más ha contribuido al desarrollo de la I+D+i. Uno de los factores que ayudarían a fomentar la I+D+i sería un mayor apoyo de la administración pública y un mayor acceso a fuentes de financiación, así se reduciría el coste de la innovación.

Como responsables del futuro de nuestra industria, que debe ser más competitiva, todos los agentes del sistema debemos de trabajar alineados y priorizar los sectores que generan riqueza, empleo cualificado e innovación. Si apoyamos estratégicamente la innovación, se multiplicará nuestra probabilidad de éxito y optimizaremos la credibilidad de nuestra economía a nivel global.

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