A mediados de septiembre, el Club Tecnológico Dental, entidad que reúne a un grupo de destacadas empresas de prótesis dental, celebró en Valencia la duodécima edición de sus jornadas. Fernando de las Casas, su presidente, hace balance de las mismas y, al mismo tiempo, nos apunta cuáles son los retos y problemas a los que se enfrentan los laboratorios protésicos en la actualidad. Entre ellos, la competencia desleal o el envío de prótesis a otros países sin atenerse a la legalidad.
—¿Por qué y cuándo se fundó el Club Tecnológico Dental?
—A primeros del próximo año hará 13 años que un grupo de empresas de prótesis dental, todas de un reconocido prestigio tanto profesional como empresarial, intuyeron que se aproximaba una época de grandes y profundos cambios tecnológicos en la profesión y que era preciso unirse para afrontar el reto de la prótesis dental del siglo XXI. De esa inquietud nació el Club Tecnológico Dental.
—Una de las actividades que organiza el Club Tecnológico Dental, con carácter anual, son sus jornadas técnicas, cuya duodécima edición se celebró en Valencia los pasados 16 y 17 de septiembre. ¿Qué balance puede hacer de las mismas?
—Estas últimas Jornadas que hemos celebrado en Valencia, en mi opinión, han sido un éxito, tanto por la asistencia a las conferencias técnicas o a los actos sociales anexos a las mismas, como por la cualidad y calidad de los conferenciantes y los temas expuestos, así como por la importancia de las firmas industriales y comerciales que han colaborado con nosotros. Este año han sido 17 y pido perdón a aquellas que por falta de espacio en los salones hubieran querido estar y no ha sido posible.
—¿Qué número de asistentes se registró?
—El número de asistentes a las conferencias y presentaciones técnicas ha sido de unos 75 profesionales, teniendo en cuenta que la inscripción a las Jornadas se hace por invitación personal del Club, previa sugerencia de los socios o los colaboradores en las Jornadas.
Si hablamos del número de personas que nos reunimos, tanto profesionales como familiares, acompañantes, etc., para participar en los actos sociales o de confraternizacion estamos hablando de 125, sin contar los niños.
—¿Qué temas despertaron más interés en la profesión?
—Desde un punto de vista técnico, todo lo relacionado con los nuevos avances en los sistemas CAD-CAM, que tanto están revolucionando nuestro trabajo. Profesionalmente, el establecimiento de protocolos de trabajo que aseguren el máximo de calidad, sin olvidar, claro está, los temas de estética y oclusión, tanto en prótesis fija o removible, que son unas constantes en nuestro día a día.
—¿Cuáles fueron las conferencias más destacadas?
—No podría destacar ninguna más que otra. Todas ellas fueron interesantes y llenas de contenido. Según la especialidad que cada uno desarrolla puede que le haya interesado más una que otra. A mí, personalmente, me llamaron la atención tres de ellas: la de Francisco Troyano, miembro del Club, sobre el color y la estética en completas; la de Justo Rubio, que nos presentó su sistema de anclaje «horizontal» para prótesis amovibles sobre implantes; y la de Javier Pérez, con una amplia disertación sobre la técnica de trabajo de la cerámica en prótesis sobre implantes.
—Aparte de la programación destinada a los profesionales, las Jornadas del Club Tecnológico Dental destacan por su interesante programa social en el que se busca la participación de las familias.
—Y creo que eso convierte a las Jornadas en algo muy especial y distinto a cualquier otra reunión científica. Dentro de la filosofía del Club, de buscar la calidad y la excelencia en nuestro colectivo, incluimos también el factor humano, el desarrollarnos y relacionarnos como personas, fomentando la amistad y el conocimiento no sólo entre los profesionales sino entre sus familias. Deseamos que estas Jornadas no sean un motivo que nos separe de nuestros seres queridos, sino que nos haga disfrutar en común. Son ellos los que al finalizar cada año nos preguntan: ¿el año que viene, dónde?
—En todas las ediciones de las jornadas, el desarrollo de las nuevas tecnologías ha sido una constante. Sin duda, una evolución que condiciona y ayuda a los laboratorios.
—Sin duda, los avances tecnológicos nos exigen un constante reciclaje y formación continua y unas inversiones muy costosas que no siempre son rentables, económicamente hablando, pero que representan una importante mejora en la calidad, la precisión y la estética, tan importante en estos tiempos en los que las empresas deben conseguir diferenciarse de la competencia. Ese es uno de los objetivos de los laboratorios asociados al Club.
Nunca podemos dejar de actualizarnos, de incorporar nuevos materiales, sistemas, maquinaria, procesos y descubrimientos en el campo de la salud bucodental. Es bastante complicado estar al día, pero más difícil es poder distinguir qué soluciones son o serán las más precisas y cuáles son sólo experimentos o sistemas que estarán obsoletos al poco de implantarse.
—Además de estas jornadas, ¿qué otras actividades organiza anualmente el Club Tecnológico Dental?
—Las Jornadas son la cara visible del Club. A lo largo del año lo que existe es una intercomunicación entre los socios cuando surgen dudas, problemas, inconvenientes en la práctica cotidiana de la labor del laboratorio.
Es muy raro que entre tantos buenos profesionales no haya uno o varios que no tengan una solución o no hayan pasado ya por una situación parecida, estableciéndose una colaboración estrecha. Aparte de este continuo contacto, celebramos en el primer trimestre del año una reunión o Asamblea propiamente dicha, con carácter más asociativo. Allí tratamos y debatimos los proyectos del Club como asociación, nuevas metas, nuevos proyectos… Al tiempo, solemos tener alguna conferencia o seminario centrado en temas más empresariales. Si deseamos que nuestros laboratorios sean modelos en el trabajo protésico también hemos de tratar de serlo como empresa.
—Como foro de intercambio de conocimientos, el Club Tecnológico Dental será un excelente termómetro del estado de la profesión. ¿A qué retos y problemas se enfrenta el colectivo?
—El estado de la profesión es, como el de toda la sociedad, delicado, por no decir difícil. Nuestras empresas atraviesan un período crítico: poco trabajo, competencia desleal, producción bajo coste, multinacionales que intentan absorber parte de nuestro trabajo, desvío de prótesis a otros países sin atenerse a la legalidad, laboratorios que no cumplen los mínimos establecidos por la ley…
Los problemas son más en el terreno empresarial que en el propiamente técnico o profesional, aunque hay un desconocimiento generalizado del esfuerzo y la inversión continua que supone mantener un laboratorio moderno y con capacidad de elaborar prótesis seguras y de calidad para el paciente.
—¿Cuál es la receta para abordar estos retos y solucionar los problemas?
—Dos aspectos fundamentales: uno es que la sociedad tome conciencia de la importancia que la prótesis dental tiene en su salud en general, y que debe acudir a profesionales competentes y responsables que, a su vez, confíen la elaboración de las prótesis a laboratorios serios y de prestigio que ofrezcan las suficientes garantías tanto por sus conocimientos como por sus medios. Y dos, el tratar de evitar el individualismo, tan español por otra parte, y buscar la asociación con profesionales con nuestras mismas inquietudes y expectativas para ayudarnos a mejorar en nuestro trabajo y así mejorar las condiciones del mismo.
—¿Algo más que añadir?
—Dar las gracias a Gaceta Dental por la oportunidad que me dáis de poder hablar y presentar a los compañeros del sector un proyecto que nació hace ya casi trece años por la ilusión de un grupo de profesionales amantes de su trabajo y que esperamos que, mientras nos dure esa pasión por la prótesis dental, sigamos manteniendo el espíritu que alienta y conforma el Club Tecnológico Dental.
El año que viene, salvo infortunios, celebraremos las XIII Jornadas en Bilbao, los días 14 y 15 de septiembre a las que estáis invitados.
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