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Las plantas medicinales buco-dentales hoy en día

Dr. Henri Lamendin. Ciencias Odontológicas Laboratorio de Performence Motriz. Facultad del Deporte y Educación Física. Orleans, Francia / Dr. J.J. Arana Odontoestomatología del Deporte. FEMEDE

“Las plantas no son inofensivas, son eficaces. Su empleo debe ser siempre realizado sobre la prescripción de un profesional facultativo. Siendo de esta manera, no presentan ningún riesgo, pudiendo ser incluidas como uso doméstico.” (H. Lamendin)

“Quizás el conocimiento más profundo sobre los efectos terapéuticos de las plantas y su manipulación científica nos permita en un futuro tratar casos concretos en situaciones de competición deportiva que nos aleje del doping con los resultados sanitarios deseables.”

En una encuesta “abierta”, realizada a lo largo de una treintena de años en Francia (Le Berry) y concerniente al empleo de las plantas medicinales utilizadas como remedios bucodentales, hemos elegido entre todas ellas una veintena, teniendo en cuenta las diferentes frecuencias secuenciales en el tiempo, como veremos más adelante (Lamendin, 1973).

Ciertamente, a lo largo del muestreo realizado, algunas de estas plantas se emplean con cierta constancia, como el ajo, el clavo, el tabaco, la yedra, el higo, la ortiga y el perejil. La media de edad de las personas encuestadas —de las que el 54 por ciento son mujeres— era, en el primer estudio, de 63 años.

En el año 2002, apoyándonos en la lista anteriormente confeccionada pero teniendo la posibilidad de ampliarla, hemos realizado una segunda encuesta, contando con la colaboración del doctor Juan José Arana Ochoa, en España, y en la cual utilizamos los parámetros preliminares doctor H. Lamendin (Figura 1).

Se realizó sobre una población de muy diversa escala social, integrada por un 65 por ciento de mujeres, con una media de edad de 49 años y 4 meses. Basándonos globalmente en los remedios contra las enfermedades bucodentales:

— Dolor dental.
— Patología de mucosas.
— Aftas.
— Higiene bucodental.

Se desglosa la encuesta en tres apartados sustanciales:

— Ha oído hablar de ello.
— Lo ha visto utilizar.
— Lo emplea él mismo.

Haciendo una correlación de hechos, resulta que 19 sobre las 20 plantas del estudio primitivo, realizado íntegramente en Francia, son también conocidas en España como remedios para la patología buco-dental. Hay que llamar la atención sobre el hecho de que el grupo de población encuestado en esta segunda fase presenta una edad media inferior a la del grupo anterior —49 años y 4 meses, con respecto a 63 años— y evidencia el importante nivel de conocimiento que los ciudadanos de Berry poseen acerca de ciertas plantas como remedios buco-dentales.

Hay casos especialmente notables, como el ajo (45 por ciento contra 26 por ciento), el tabaco (40 por ciento contra 10 por ciento) o el perejil (11,5 por ciento contra 2 por ciento).

Cierto es que los lugares geográficos de la encuesta son diferentes, pero teniendo en cuenta que se trata de países latinos dentro del marco de Europa, nos llama la atención cómo en el País Vasco la tradición local está mejor conservada que en Berry por lo que respecta al conocimiento de los remedios de antaño. Hay que notar que en el grupo de edad de más de cincuenta años el 55 por ciento señalan el empleo del tabaco contra el 26 por ciento en el segmento menor de cincuenta años. El clavo lo señalan el 31 por ciento de los mayores de 50 años y el 19,5 por ciento de los que están por debajo de esa edad. Sin embargo, ocurre lo contrario con el limón: 38 por ciento de los menores de 50 años contra 14 por ciento. El corazoncillo, la verdolaga, la caléndula y la ruda son completamente ignoradas entre los de 50 años y más, contrariamente a lo que sucede con los menores de 50 años.

La diferenciación en función del sexo de los encuestados muestra que las mujeres han oído hablar más del ajo y del clavo contra los dolores dentales (33 por ciento contra 19 por ciento y 25,6 contra 14,3 por ciento).

Hay que hacer constar que, para el tabaco, los conocimientos sobre su utilidad contra el dolor de dientes son sensiblemente idénticos entre ambos sexos (5,1 por ciento de las mujeres y 4,8 por ciento de los hombres).

Las mujeres representan el grupo más numeroso en cuanto a haber oído hablar del limón para las enfermedades de las mucosas bucales y contra las aftas (12,8 por ciento contra 4,8 por ciento, en los dos casos). Ellas lo han empleado en un 12,8 por ciento como remedio efectivo contra las aftas, mientras que los hombres no lo han hecho.

De una manera menor, las mujeres son también las únicas en haber oído hablar del corazoncillo para las enfermedades de las mucosas bucales (5,1 por ciento, pero se manifiesta exactamente a la inversa para la ruda (9,5 por ciento), teniendo en cuenta la misma indicación terapéutica.

Las mujeres son las únicas también en conceder un papel importante a la mora en el tratamiento sintomático y correctivo de las aftas (5,1 por ciento). En materia de higiene bucodental, son destacables, sobre todo, el limón (45 por ciento), seguido de lejos por el perejil y la manzana (8,5 por ciento), el ajo (6,5 por ciento), la ortiga y la ruda (5 por ciento). El incienso, el tabaco, la yedra, la caléndula, el higo, el tomillo y la camomila se encuentran en niveles de conocimiento muy inferiores (3,5 por ciento).

Las mujeres representan el mayor grupo en haber oído hablar del limón para la higiene buco-dental (23,1 por ciento contra 19 por ciento), pero se da la circunstancia de ser los hombres quienes más lo utilizan para tal menester.

Los viejos remedios son nuestros ancestros quienes, a través de la experiencia, han comprobado sus cualidades curativas tal y como hemos contrastado a lo largo de estos años y estas encuestas. Remarcamos como hecho significativo que el incremento del conocimiento y uso de las diferentes plantas, entre una encuesta y otra, se ha incrementado en 18 nuevas plantas, pero sin una gran significación cualitativa, excepto para la manzana y la camomila, de las cuales hemos tomado nota. Una tercera encuesta más importante (se extenderá sobre toda Francia) está actualmente en curso, y queremos, desde estas páginas, recabar la colaboración de todo profesional que desee colaborar en el proyecto.

Propiedades fitoterapéuticas

Las propiedades de las plantas citadas en este estudio son, principalmente, las que siguen:

El ajo (Alium Salium -liliácea)

Vermífrugo, antiséptico, hipotensor y vasodilatador, diurético, expectorante, estimulante tónico. El jugo fresco del ajo se emplea para hacer madurar y aliviar los abscesos dentales.

El limón (Citrus Limonum, rutácea)

Antiséptico, antihemorrágico, “antiescorbútico”, refrescante, tónico, febrífugo y ligeramente diurético. El jugo de limón, empleado en enjuagues, actúa sobre las aftas y sirve para frotarse los dientes una vez por semana.

El incienso (Bowallia Carterii, terebrintáceo) y también el enebro (Juniperus lycia).

Es odorífero, mascando el olíbano (incienso macho), perfuma el aliento en caso de halitosis.

El clavo (Eugenia Caryophylata, mirtácea)

Excitante y estomacal, pero también antiséptico y calmante de los dolores dentales.

Adormidera (Papaver Somniferum, papavirácea)

Hipnótica y anestésica, relajante, hipercolesterolémica. La amapola (Papaver Rhoeas) es la más antiespasmódica, emoliente, sudorífica. El aceite de amapola, mezclado con granos negros de adormidera, sirve contra las cortaduras.

El corazoncillo (Hipericum Perforatum, hiperáceas)

Antiséptico, astringente, cicatrizante, diurético, sedativo, vermífugo y vulnerario. Se encuentra el corazoncillo en algunas pastas dentífricas y gomas de mascar medicamentosas.

La zarza o morera de las paredes (Rubus Fructicosus, rosácea)

Hipoglicemiante, astringente, depurativo, detersivo, diurético y tónico. La cocción de la zarza es empleada contra la gingivitis.

El alcanfor, extraído del alcanforero (Cinamomum Camphora, laurácea)

También podemos inciensar el romero (Rosmarinus Officinalis). Especialmente revulsivo, estimulante cardiaco. Bajo la forma de bálsamo, sirve para friccionar los músculos doloridos. El romero, con una preparación de alcohol, es un buen remedio contra los dolores de dientes.

El tabaco (Nicotina Tabacum, solanácea)

Se encuentra preparado para fumar, para mascar en forma de rapé o en preparado propicio para masticar. Esta última forma es particularmente fácil de colocar en un diente careado para evitar el dolor. Esta técnica en algunos lugares se practica con cierta asiduidad.

La yedra enredadera (Hedera Helix, analiácea)

Analgésica, particularmente contra los dolores dentales, antiespasmódica y emenagoga. Es utilizada en los traumatismos y en forma de baños de boca, contra las irritaciones bucales.

La acedera (Rumex Acetosa, poligonácea)

Antiescorbútica, aperitiva, depurativa, digestiva, diurética, emenagoga, laxante, estomacal y tónica. La tisana de acedera está recomendada contra las aftas y las úlceras de la boca.

La verdolaga (Portulaca Oleraceta, portulacea)

Sedante, antiinflamatoria, depurativa, diurética, refrescante, vermífuga y antiescorbútica. Masticándola, calma los dientes sensibles.

La caléndula (Calendula Officinalis, composadas)

Sedante, cicatrizante, vulneraria, antiinflamatoria, antiespasmódica, depurativa, emenagoga, sudorífica. En infusión está aconsejada para el desangrado de las encías. La tintura de caléndula puede ser prescrita en caso de parodontolisis.

El higo (Ficus Carica, morácea)

Sedante, laxante, resolutivo, estimulante y refrescante. Cocido y con agua tibia se puede emplear siempre aplicándolo sobre los abscesos dentarios.

La ortiga (Urtica Dioica, urticácea)

Antianémica, hipoglicemiante, astringente, depurativo, diurético, galactógena, hemostática y revulsivo contra el reumatismo. Aconsejable mezclada con sal gorda, aplicándola sobre la encía, cerca del diente enfermo (concerniente a la gran ortiga, existiendo numerosas especies). La cocción de ortiga es útil para las aftas.

El tomillo (Thymus Vulgaris, labiácea)

Antiséptico, aperitivo, remedio contra la tos, carminativo, cicatrizante, revulsivo, tónico, antiespasmódico, colerético, diurético, emenagogo, hemolítico, revulsivo, digestivo, vermífugo. Siempre se aconseja en cocción como uno de los remedios caseros contra el mal aliento. El polvo de tomillo es utilizado para el cepillado de los dientes.

La mora negra (Morus Nigra, morácea)

Alimento del gusano de hija. Astringente, hipoglicemiante, laxante y refrescante. El jugo crudo de las miras todavía verdes es preconizado en baños de boca contra las aftas y las afecciones de las mucosas bucales.

La ruda (Ruta Graveolens, rutácea)

Rica en rutinina, la cual es venotónica y vasculoprotectora. Aumenta la vasoconstricción y la resistencia de los vasos disminuyendo la permeabilidad, siendo debido a estas cualidades, por lo que actúa sobre sobre las mucosas bucales.

El perejil (Petroselinum Satiuum, ombilifera)

Antianémico, antilácteo, antiescorbutico, depurativo, emenagogo y tónico. Aconsejado para purificar el aliento.

La manzana (Malus Communis, rosácea)

Edulcorante, refrescante, antiséptica, hemostática, aperitiva, antidiarreica, diurética, laxante, resolutiva, tónica. La manzana “crujida” en la boca limpia los dientes y constituye un buen remedio de higiene bucal.

La camomila (Chamaemelum Nobile, compuestas)

Antiespasmódica, digestiva, vulneraria, emenagoga, digestiva, febrífuga. Sus flores, cocidas con agua son un buen método de actuación contra los dolores.

El profesional de nuestra época se puede encontrar con una serie de propiedades conocidas y reconocidas fitoterapéuticas que han quedado en el olvido y que tales como el clavo, el tabaco, la yedra enredadera, el higo, la ortiga y el perejil llevan prestando una gama extensa de efectos sanitarios beneficiosos aplicándolos en las afecciones buco-dentales.

Aparte de las anteriormente citadas podemos destacar otra serie de plantas por sus efectos en el terreno estomatognático, como son el aneto (eneldo), la camomila, la adormidera (amapola de los campos), el higo, la genciana, la yedra terrestre, la menta, la mora negra, el mirto, la ortiga, la acedera, el perejil, la manzana, la verdolaga, la zarza, el regaliz, la ruda, la salvia, el tomillo, la verbena (Lamendin 2001).

Las dos encuestas realizadas nos ponen de manifiesto una clara referencia a las “prácticas populares” que pueden emplearse en nuestros días, esperando un punto de encuentro con los cirujanos-dentistas sobre la base de una “fitoterapia médica”.

Conviene hacer un llamamiento para que en las generaciones venideras no exista una desinformación en este sentido que nos lleve a perder esta sabiduría, anclada en los tiempos.

La enseñanza de la fitoterapia en los cursos universitarios de los cirujanos-dentistas no está todavía desarrollada, desgraciadamente. “La promoción y el uso de las plantas medicinales y su integración en el sistema de sanidad forman parte de las prioridades de la Organización Mundial de la Salud” (Longuefosse, 2000).

Correspondencia
Dr. H. Lamendin
Chalet Marcus
Chemin d’Eygliers
05600 Guillestre (Francia)

Bibliografía
1. Lamendin H. Remedes bucco-dentaires d’autrefois. A propos d’un manuscrit inédit du temps de Fauchard. Cah. Odont-Stomat 4-65-73, 1973.

2. Lamendin H. Plantes therapeutique et hygiéne bucco-dentaires, aujourd’hui. Ch. Dent. Fr. 959-90-92, 1999.

3. Lamendin H. Plantes Therapeutiques pur les muqueuses buccales, notamment. Ch. Dent. Fr. 1019-136-138. 2001.

4. Longuefosse JL. 100 plantes médicinales de la Caraibe. Gondwana Ed., 2000.

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