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“El plan de estudios es, en mi opinión, totalmente deficitario para la formación de un odontólogo moderno”

El pasado 17 de diciembre el profesor doctor Mariano Sanz Alonso fue oficialmente nombrado decano de la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid. Mariano Sanz lleva doce años como profesor titular de la asignatura de Periodoncia y vicedecano en la citada Facultad.

Médico estomatólogo e hijo del también profesor doctor Mariano Sanz, que fuera director del Departamento de Prótesis Estomatología y catedrático de Prótesis durante muchos años, decidió, igual que su padre, anteponer su vocación académica a su práctica como dentista.

Entre las preocupaciones del nuevo decano figuran asumir el reto de la convergencia europea y que se pueda garantizar la igualdad de oportunidades, a nivel laboral, para todos los graduados, independientemente de si proceden de una universidad pública o privada. Solicita al Ministerio un “numerus clausus” válido para todos los centros, que se regulen las condiciones laborales de los odontólogos que trabajan por cuenta ajena y que el Consejo General realice un estudio ambicioso y bien desarrollado de inserción laboral.

Pregunta. ¿Qué prioridades de actuación se ha marcado el nuevo equipo de profesores que integran el decanato de la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid?
Respuesta. Una de las ventajas que tiene el haber sido cuatro los candidatos a estas elecciones es que nos ha obligado, como así lo marcan los estatutos de la Universidad Complutense, a presentar un programa electoral, a hacer campaña y a crearnos ciertos compromisos. Lógicamente, nuestra prioridad es cumplir los compromisos que hemos adquirido.

En líneas generales, estos compromisos son asumir el reto de la convergencia europea; es decir, el Gobierno nos va a obligar por ley, a través de los reales decretos que están a punto de publicarse, a crear unos planes de estudios para tratar de conseguir la convergencia europea, con lo cual vamos a dedicar un esfuerzo muy grande a que estos planes de estudios sean realmente convergentes. Por lo tanto, a nivel de grado el mayor reto va a ser desarrollar los nuevos planes de estudio, a nivel de postgrado va a salir próximamente un real decreto en el que cambia la organización docente de lo que hoy llamamos tercer ciclo, o lo que es lo mismo, los estudios de doctorado. Por lo tanto, tendremos que desarrollar un plan de estudios de postgrado académico en Odontología.

El tercer aspecto docente va a ser el de la educación continuada, que también forma parte de los compromisos que adquirimos en el proceso electoral y queremos realizar un catálogo de cursos de formación postgraduada para dentistas generales. También tenemos un proyecto bastante ambicioso de educación a distancia. Se trata de crear modelos educativos vía la nueva metodología de comunicación y también para poder llegar a otras facultades de habla hispana.

P. En su opinión, ¿tiene alguna carencia el actual plan de estudios de Odontología?
R. Yo creo que el actual plan de estudios de Odontología es absolutamente carente en tiempo, porque tiene menos de 4.000 horas cuando la directiva europea nos exige 5.000 horas de formación. El plan de estudios es, en mi opinión, totalmente deficitario para la formación de un odontólogo moderno.

En este sentido, espero que, tal como nos han comunicado las autoridades gubernamentales, se nos permita, no sólo a Odontología, sino al resto de las Ciencias de la Salud que tenemos directivas propias, cumplir con la directiva europea que, por otro lado es de obligado cumplimiento.

P. ¿A partir de qué fecha?
R. Los tiempos no están claramente establecidos. El gobierno actual se comprometió a publicar los reales decretos antes de final del año 2004. Estamos en enero de 2005 y todavía no han sido publicados, aunque están pendientes de salir. Creo que dedicaremos los años 2006 y 2007 en hacer el nuevo plan de estudios y preveo ue estará vigente a comienzos del curso 2008-2009.

Por supuesto esto son predicciones que van a venir marcadas por la legislación y es el Ministerio el que va a fijar los plazos.

P. En esta carencia de horas formativas, ¿cuáles son las materias que se ven más afectadas?
R. Afecta a todo el conjunto, pero una de las cosas en las que coinciden la mayor parte de los graduados es en decir que no tienen la suficiente experiencia clínica durante la carrera para estar en condiciones de satisfacer las demandas profesionales. Por tanto necesitamos más tiempo de experiencia clínica en prácticamente todas las áreas de la Odontología.

P. ¿Quiere decir que un odontólogo recién graduado no está en condiciones de empezar a pasar consulta?
R. Probablemente esté en condiciones para pasar consulta, pero uno de los escasos estudios serios en materia de inserción laboral llevado a cabo en España lo hemos realizado la red de facultades de Odontología, evaluando una muestra representativa de graduados en los últimos tres años, es decir, recién graduados, con menos de tres años de experiencia, y uno de los resultados evidentes de este estudio es que los recién graduados dicen que tienen muchas carencias en su formación y que buscan formación adicional. De hecho, la mayoría de ellos está haciendo algún tipo de formación postgraduada, bien sea en forma de títulos propios, másters, o especialistas o en cursos de formación continuada. Por lo tanto, no solamente nosotros como docentes estimamos que el plan de estudios es insuficiente, sino que los graduados perciben ellos mismos que en su formación les falta experiencia. Ahora, ello no quiere decir que no estén preparados para el tratamiento de los pacientes.

P. Hablando de formación postgraduado, existe una gran oferta de másters, estancias en clínica, y otros cursos destinados a odontólogos licenciados. ¿En base a qué criterios puede el graduado seleccionar los más útiles o convenientes?
R. Nosotros, desde la universidad, como creo que desde los colegios profesionales y también desde el Ministerio, establecemos claramente la diferencia entre lo que es formación postgraduada y formación continuada. La mayor parte de los cursos que se ofertan fuera de las universidades son de formación continuada, destinados a suplir ciertos aspectos de la formación del odontólogo y que el profesional realiza fuera de sus horas de trabajo, pero sin interrumpir su trabajo cotidiano. La formación postgraduada, reglada, es la que se imparte dentro de las universidades y en la que los estudiantes dedican toda la jornada o gran parte de su tiempo a obtener una formación adicional a la que han recibido en la licenciatura. Estos son programas que fundamentalmente imparten las universidades y que, de acuerdo a la legislación española, tienen la denominación de másters, cuando son al menos dos años a tiempo completo, o de especialista, cuando su duración es de un año a tiempo completo. Lo que ocurre es que estas denominaciones son también adaptadas a nivel privado por la industria y otras sociedades privadas, lo que crea una cierta confusión. Sin embargo, si uno se atiene a las normas establecidas, creo que es fácilmente diferenciable y de hecho el Sistema de Acreditación de Formación Continuada que tiene delegado el Ministerio en los colegios profesionales está establecido para evaluar la formación continuada, no para formación postgraduada.

P. El actual programa postgrado que tiene la Universidad Complutense para odontólogos, ¿es suficientemente completo?
R. Yo creo que sí, la oferta es muy amplia y abarca con todas las especialidades. Hay variedad de titulaciones desde másters en Cirugía Oral, Ortodoncia o Periodoncia —que son de tres años a tiempo completo—, hasta másters de dos años a tiempo completo, como puede ser el de Prótesis, de Estética, etcétera. También existen cursos de un año de especialista. El problema que tenemos en España es que no existe una regulación profesional de las especialidades odontológicas. Sin embargo, sí que existe una demanda importante de formación a nivel de especialista.

La solución a este problema no es fácil y probablemente vendrá de Europa a nivel europeo cuando, igual que se han establecido directivas para especialidades médicas, se establezcan directivas para especialidades odontológicas.

P. ¿Se han planteado ya cómo van a impulsar esos nuevos planes de estudio para formación de postgrado, de los que nos hablaba al principio de esta entrevista?
R. Una de las posibilidades es que creemos programas de formación postgraduada multidisciplinares, donde participen diversas especialidades, haciendo programas de formación de “superdentistas”. Sin embargo, creo que la formación postgraduada está bastante bien desarrollada en nuestra facultad y únicamente vamos a tratar de mantenerla y mejorarla en lo posible.

P. En su opinión, ¿existen diferencias importantes, a nivel formativo, entre universidades públicas y privadas?
R. Es muy difícil contestar a esta pregunta porque en nuestro sistema educativo no hay herramientas de evaluación y de acreditación que afecten a todas las universidades. Las universidades públicas hemos sido sometidas al plan nacional de evaluación de las universidades y los resultados de esta evaluación, que detallan los puntos débiles y puntos fuertes de cada centro, se han hecho públicos a través del Ministerio. Todo el mundo puede ver los aspectos positivos y negativos de nuestras facultades de Odontología públicas. Esto no es así en las privadas porque el sistema de evaluación no abarca a estos centros. Por lo tanto, desde las universidades públicas desconocemos completamente si lo están haciendo bien o mal.

Lo que sí está claro es que con el desarrollo de la LOU, la Ley de Ordenación Universitaria, se prevé que para 2007 tienen que estar instaurados los procesos de acreditación a nivel nacional y el desarrollo de la LOU sí que exige que este proceso sea idéntico para las universidades públicas y las privadas. Por lo tanto, aunque hasta ahora no tenemos una herramienta de evaluación que abarque a todos, sí que en el futuro el proceso de acreditación será el mismo, y tanto las universidades privadas como las públicas tendrán que adaptarse a los criterios de acreditación porque si no lo hacen no podrán impartir el título.

P. Uno de los problemas más serios con que se encuentran los odontólogos al finalizar sus estudios es el exceso de plétora. Aunque resulta, hoy por hoy, imposible ofrecer una solución, ¿cómo se le ocurre que podría mitigarse, en parte, este exceso de profesionales?
R. Desde la conferencia de decanos de las facultades de Odontología públicas se ha venido pidiendo, desde hace tiempo, al Ministerio que se establezca un “numerus clausus”, igual que en Medicina. Hoy en día, el Ministerio, a través del Consejo de Coordinación Universitaria establece un “numerus clausus” en Odontología sólo para las universidades públicas, no para las privadas. Sin embargo, en Medicina el “numerus clausus” es el total de los graduados independientemente que salgan de las privadas o de las públicas. Esta diferencia es lo que pedimos al Ministerio que solucione.

Hoy en día el Consejo de Coordinación Universitaria establece un número de plazas para las 11 universidades públicas que existen en nuestro país y éste es el mismo que el de las 4 universidades privadas. Por lo tanto, lo que el Ministerio considera como ideal nuestro sistema educativo lo está duplicando. Esto no tiene sentido.

Yo no estoy en contra de la existencia de las universidades privadas, pero creo que deberían estar sujetas a las mismas reglas del juego que las públicas.

P. Pero, en tanto se establece un “numerus clausus” definitivo, ¿es usted partidario de limitar el número de profesionales a través de unas pruebas de selección de graduados?
R. En absoluto, porque creo que este tipo de pruebas son contrarias a nuestro sistema educativo que establece claramente la capacidad profesional que facilita cada titulación.

Por ejemplo, Italia es un país cuya población alcanza los 60 millones de habitantes, por lo que su población es bastante mayor que la española. En Italia el gobierno ha establecido un “numerus clausus” para las facultades de Odontología que alcanza tanto a públicas como a privadas, y salen entre 800 y 850 dentistas al año. En nuestro país están saliendo entre 1.100 y 1.200. No tiene sentido que nosotros estemos sacando casi un 50 por ciento más de dentistas que en Italia.

La solución número uno vendría si el Ministerio estableciera un “numerus clausus” que afectara a todos y, número dos, con el proceso de convergencia europea y con los procesos de acreditación que van a venir, gracias a los cuales estaremos todos sometidos a la misma norma de calidad de tal manera que si todos cumplimos las mismas normas, el graduado no tiene porqué ser diferente, ya venga de una universidad pública o privada.

P. El hecho es que, pese a todo, no se detecta que exista paro en la profesión de odontólogo.

R. La palabra “paro” es importante y puede crear confusión. No hay estudios de inserción laboral en nuestro país. Solamente conozco dos estudios serios. Una de las cosas que, en mi opinión, debería hacer el Consejo General o el Ministerio es realizar un estudio ambicioso y bien desarrollado de inserción laboral para saber, primero si hay o no paro y, segundo, en qué se emplean nuestros graduados, cómo se emplean y cuáles son sus condiciones laborales. A mí me preocupa mucho, como responsable de la formación de odontólogos, qué es lo que va a pasar con ellos cuando acaben su licenciatura, porque esta es una profesión donde prácticamente el 95 por ciento va a trabajar en el sector privado. Y si van a trabajar en el sector privado, hay dos opciones: que sean empleadores o empleados. Hasta ahora, nuestra profesión ha consistido básicamente en empleadores, pero ahora está progresivamente cambiando en sentido contrario.

Cuando hablamos de un individuo que trabaja por cuenta ajena es importante que estén reguladas sus condiciones laborales. ¿Quién regula estas condiciones de los profesionales por cuenta ajena: los colegios profesionales, los sindicatos? Esta es una pregunta que no tiene respuesta, por lo tanto ante estos cambios dramáticos de las condiciones de trabajo en nuestra profesión se necesitan nuevos enfoques profesionales. Por ejemplo, un odontólogo que trabaje por cuenta propia, cuando contrate a un auxiliar o un higienista debe regular su salario según su convenio colectivo, en el que se fija un salario mínimo y unas condiciones de contratación. Pero cuando ese mismo odontólogo, contrata a otro odontólogo no existe ninguna regulación; puede estar trabajando sin retribución alguna mientras aprende y en muchos casos los odontólogos recién graduados se encuentran desprotegidos.

Yo tengo que defender a mis estudiantes y ellos hacen una carrera con unas expectativas laborales. Y es muy duro que estas expectativas se vean frustradas desde la misma universidad, porque ellos no ven salidas profesionales atractivas. El problema no es que no vayan a encontrar trabajo, sino ¿en qué condiciones van a trabajar?
P. En los doce años que lleva vinculado como profesor y vicedecano a la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense, ¿ha percibido algún cambio en cuanto a la motivación y las ilusiones de sus alumnos?
R. Yo creo que tienen distintas expectativas laborales, no de formación. Su expectativa de formación es la misma y los estudiantes ahora trabajan tan duro o más que los de antaño, pero hace diez o doce años pensaban en acabar la carrera para trabajar por cuenta propia, la mayor parte, y realizar una actividad profesional exitosa. De hecho, hace una década, casi nadie se planteaba el trabajar para otro dentista, como mucho, asociarse con otros profesionales.

P. Además de su experiencia como docente, usted es secretario de la Federación Europea de Periodoncia, de la que fue presidente, igual que también lo ha sido de SEPA. Hace un par de años se habló mucho, y no bien, de la salud periodontal de los españoles, ¿continúan siendo los datos tan alarmantes como hace unos años o se está produciendo un cambio en la mentalidad de la población?
R. Yo creo que están mejorando y, de hecho, en el último estudio epidemiológico avalado por la OMS que se ha hecho en España los datos periodontales son bastante mejores si lo comparamos con el anterior, pero eso no quiere decir que sean buenos.

Lo que ocurre es que, al contrario de la otra gran enfermedad infecciosa de la boca, la caries, donde existe una herramienta que ha demostrado su eficacia en la prevención, como es el uso de pastas fluoradas, y sobre todo el acceso de la población infantil a la atención odontológica, que ha sido todo un éxito en nuestro país, ha provocado un descenso dramático en la incidencia de caries; para reducir los niveles de enfermedad periodontal no tenemos una herramienta tan eficaz y su disminución tiene que venir necesariamente a través de mejorar la higiene general, disminuir el uso del tabaco y aumentar la atención odontológica. No con una mayor asistencia al dentista se va a disminuir la incidencia de estas enfermedades, pero se van a detectar en un estado más temprano que hace más fácil su tratamiento. v

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