Las instituciones oficiales son conscientes de la magnitud que las tecnologías de la información y las comunicaciones han tomado en todos los ámbitos profesionales, y en el sector dental esto también es palpable.
Desde hace unos años, el Consejo General y los Colegios de Odontólogos han auspiciado diversas iniciativas encaminadas a que los dentistas puedan beneficiarse de las ventajas extraíbles de las nuevas tecnologías. Y precisamente, con el fin de encumbrar este propósito se ha creado el Plan de Informatización Nacional para Odontoestomatólogos (PINO).
Cambio de mentalidad
Si hasta hace bien poco algunos dentistas se mostraban reluctantes ante sistemas que desconocían, hoy es proverbial que la mayoría de ellos son conscientes de la importancia que las nuevas tecnologías han adquirido en este sector. La competencia exige avanzar cada día y ello sólo es posible con los medios que la técnica pone hoy a nuestro alcance.
El PINO surge con el propósito de cubrir las necesidades del colectivo con las mejores soluciones en informática dental a través de unas condiciones realmente competitivas. Los dos pilares básicos sobre los que se sustenta este ambicioso programa de modernización tecnológica son la sencillez en el uso y una buena financiación. Además, de cara a asegurar su eficacia, todo el territorio nacional está cubierto por una serie de delegados informáticos que harán posible un trato cercano con el odontólogo.
Momento crucial
Se puede afirmar sin rubor alguno que el PINO llega en el momento adecuado por varias razones. Una de ellas es que diversas comunidades autónomas están promoviendo planes de atención dental infantil, los denominados PADI, y ello significa que las clínicas que deseen adherirse a estas iniciativas tienen que cumplir una serie de requisitos técnicos y administrativos, lo que supone que la informática deba estar presente en un grado superlativo.
Tras un análisis de las necesidades del sector, las instituciones decidieron contar con diversas compañías líderes en sus respectivos campos de acción para llevar a cabo el PINO. De este modo, a tenor de su dilatada experiencia y liderazgo en el sector de las tecnologías de la comunicación, INFOMED ha sido elegida para ejercer la coordinación técnica del citado plan. Igualmente, una serie de importantes empresas tomarán parte de las distintas áreas en las que están especializadas: Fujitsu Siemens (hardware), HP (impresoras), Trophy (radiología), Inibsa Laboratorios (difusión y patrocinio económico) o Santander Central Hispano (financiación).
Todas estas compañías han realizado un esfuerzo por ajustar sus ofertas a este plan. Por ejemplo, INFOMED ha creado GESDEN ELITE Easy, una versión especial de su programa para la gestión de la clínica GESDEN ELITE, el cual permite, entre sus muchas funciones, llevar a cabo la administración de la clínica bajo una pasarela totalmente segura de acuerdo con la Ley Orgánica de Protección de Datos. Otra muestra más de compromiso es la iniciativa de la compañía farmacéutica Inibsa Laboratorios, que entregará talones valorados en 150 euros para aquellos clientes que se adhieran al PINO.
Buenos precedentes
Hay que señalar que, como prueba piloto, el plan ha funcionado desde junio de 2002 en diversas comunidades autónomas y la buena acogida que las distintas iniciativas llevadas a cabo en estos meses han tenido entre los profesionales presagia unos resultados óptimos.
El PINO ha nacido con voluntad de llegar a todo el colectivo odontoestomatológico, por lo que abarca tres posibilidades de aplicación. En primer término se encontrarían aquellas clínicas aún no informatizadas (PINO Introducción). La segunda categoría que se contempla es la de quienes cuentan con programas informáticos no específicamente diseñados para el sector o ya obsoletos (PINO Renove). Por último, quienes sí tienen aplicaciones en sus clínicas también pueden obtener provecho del PINO, dado que este les permitirá sacar el máximo beneficio de sus tecnologías (PINO Avanzado).
El nuevo paciente
En el comportamiento de las personas que hoy acuden a la consulta dental se advierte una sustancial diferencia respecto a unos años atrás: el deseo de información. Ello no es producto de la desconfianza, sino fruto de la evolución cultural de una sociedad cada vez con más medios y conocimientos. Por eso, el paciente ya no se conforma con una breve y teórica explicación del tratamiento al que se le va a someter.
Gracias a la entrega de diversos documentos (presupuestos con odontograma, plantillas con imágenes, informes personalizados, etc.), la comunicación con el paciente resulta más efectiva, lo que se traduce en una relación de confianza recíproca.
Toma de conciencia
Este decidido paso adelante en pro de las tecnologías no es un fenómeno exclusivo del sector dental, sino que se ha hecho extensible a todas las ramas sanitarias. Así, por ejemplo, el pasado 11 de marzo, la Junta de Castilla-La Mancha aprobó la puesta en marcha inmediata del proyecto IKONOS, que será implantado progresivamente en todos los hospitales y centros de salud de la comunidad autónoma. Este plan de digitalización de imágenes radiológicas será el germen de una futura ficha electrónica que contenga todo el historial médico de cada persona. Ello agilizará mucho las gestiones, pues ya no será necesario que el paciente tenga que transportar consigo la radiografía para que la pueda ver el especialista.
Herramientas para todo
Las aplicaciones informáticas abarcan todas las facetas de la profesión dental. Así, encontramos programas específicos para la gestión de los datos clínicos, para el análisis cefalométrico o indicados para el tratamiento de las imágenes. Lo recomendable es que entre estos softwares exista un mecanismo de integración, lo que posibilita crear fichas con el historial de imágenes del paciente.
Además de equipos informáticos, este plan también ofrece sistemas de radiovisiografía. Esta técnica, amén de su indudable aportación a la hora de comunicarse con el paciente, ha supuesto un notable avance en el diagnóstico bucal.
La mejor oportunidad
Después de muchos meses de trabajo, el PINO es ya algo tangible. Sin duda alguna, los odontólogos tienen ahora una ocasión única para apostar por las nuevas tecnologías, algo que en breve va a marcar el porvenir de la profesión. El desiderátum de todos los implicados en este proyecto es homogéneo: contribuir al progreso de la Odontología. v