Todos aquellos que le conocieron, destacan del doctor Tomé no solo sus cualidades profesionales, sino sus enormes virtudes humanas, aderezadas con una gran generosidad y un notable sentido del humor.
En el ámbito profesional, fue profesor de Prótesis en la Escuela de Estomatología, presidió la Sociedad Española de Prótesis Estomatológica y la Academia Europea de Gnatología. En 1995, el Ilustre Consejo General de Colegios de Odontólogos y Estomatólogos de España le concedió el mayor reconocimiento de la profesión: el premio Santa Apolonia.
A sus tres hijos: Alicia, Javier y Cristina, a sus hermanas y demás familiares, así como a todos sus amigos y colegas de profesión queremos expresarles nuestro más sentido pésame.