Inicio Dr. Mario Utrilla Trinidad

Dr. Mario Utrilla Trinidad

La música en el control de la ansiedad en el gabinete odontológico

Herramienta de marketing sensorial. Estudio Piloto

Resumen

La Odontología es un servicio en el que la experiencia recibida por parte del paciente es un factor fundamental que le lleva a elegir un profesional u otro. La ansiedad frente a un procedimiento odontológico es una condición prevalente en la práctica clínica diaria que ocasiona una gran angustia en determinados pacientes, que pueden llegar a rechazar tratamientos provocando, por tanto, un deterioro de su salud bucodental. El marketing sensorial auditivo podría consolidarse como una herramienta útil para estos pacientes, de tal manera que ayudaría a alcanzar mayores niveles de atracción y fidelización en la clínica dental, convirtiendo en una experiencia más agradable el tratamiento odontológico y, así, conseguir una diferenciación que genere…

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Protocolo de actuación ante el paciente ansioso

La reacción del paciente ante la situación dental variará dependiendo de su estado emocional (1). Igualmente su comportamiento, su receptividad a nuestras instrucciones y su sensibilidad dolorosa frente a las distintas maniobras terapéuticas varían de un paciente a otro.

La psicología diferencia entre dos conceptos:

Ansiedad: reacción emocional (tensión, malestar, sudoración…) producida por la percepción y anticipación de un peligro o amenaza.

Temor: tensión ante una causa real.

Hago esta aclaración para dejar claro que puede existir malestar (tensión, miedo…) en el paciente, a pesar de que la situación no sea «realmente» amenazante. Por tanto, tenemos que tener presente que el paciente verdaderamente lo está pasando mal, aunque la situación no lo justifique, como, por ejemplo, ante una simple revisión bucal (2).

En el miedo interviene más la interpretación que cada uno hacemos de la situación que de la situación en sí misma.
Existen distintos grados de ansiedad (3):

–Ansiedad adaptativa: se refiere a un cierto grado de activación «normal» que se produce para poder afrontar de forma efectiva una situación nueva o desconocida (4). Nos prepara para poder poner nuestros recursos a nuestra disposición y solucionar o afrontar la situación de la forma más efectiva posible.

–Ansiedad media-alta: la ansiedad es menos adaptativa porque es tan alta que no nos permite utilizar nuestros recursos al cien por cien (5). Aunque no es tan alta como para huir de la situación que crea el sentimiento y se consigue afrontar, pero experimentando más ansiedad de lo que la situación en sí requiere.

–Ansiedad incapacitante-bloqueante (fobia dental): es tan alta la ansiedad y el miedo que uno se siente incapaz de afrontar la situación y se evita tener que afrontarla todo lo que se puede (6). Estos pacientes prefieren perder todas sus piezas dentales y seguir con el dolor antes que asistir al dentista. Lo más frecuente es encontrarnos con el paciente fóbico en una situación bucodental muy decadente o, lo normal es que ni siquiera se presente.

A pesar de que, paradójicamente, el paciente obtiene lo que teme con su conducta de miedo (más dolor, más tiempo de consulta, más molestias), muchas veces, sobre todo cuando la ansiedad es muy alta, el paciente no puede tranquilizarse con solamente unas palabras cariñosas del equipo odontológico. Cuando alcanza índices muy elevados de ansiedad, el paciente necesitaría seguir un tratamiento psicoterapéutico en el que aprenderá a eliminar la ansiedad.

Sin embargo, cuando la ansiedad es menor, unas buenas habilidades del equipo sí pueden hacer que la experiencia odontológica sea más positiva y reducir con ello el temor a la situación odontológica (7,8).

Cuando los pacientes presentan síntomas evidentes de nerviosismo, debemos tratar de tener un tacto especial y permanecer muy atentos a sus reacciones y temores.

PROTOCOLO DE ACTUACIÓN ANTE EL PACIENTE ANSIOSO:

1. Prevenir la evitación, huída, escape (evitar que el paciente no acuda a la cita):

Continuidad de citas, lo más próximas.
Atenderles lo antes posible sin hacerles esperar.
Que no se vayan sin exponerse algo a la situación dental. Lo más probable es que el paciente, dependiendo de su grado de fobia, no quiera hacerse nada.
Duración de consulta corta, pero que permanezca en la situación dental el tiempo suficiente como para que el organismo pueda reducir su malestar y desensibilizarse a la situación odontológica.
Que experimenten la situación lo menos molesta posible.
Que se vayan con el mejor recuerdo posible.

2. Detectar qué estímulos le provocan la fobia y manejarlo, buscando, junto con el paciente, una solución más cómoda.

3. Cuidar mucho la comunicación verbal y no verbal:

No dar señales de aburrimiento, fastidio, dolor próximo, cuchicheos o miradas entre el equipo.
¡No dejar solo al paciente! (no sólo físicamente).
Estar en comunicación constante con el paciente y al corriente de su bienestar.
Ser asertivo: «sería bueno», «conviene», «yo haría», «le vendría bien», «suele ser mejor»…

4. Ir dando información al paciente durante el tratamiento: lo que va a pasar, lo que va a molestar o no, cuándo, cuánto tiempo… (si aún así el paciente no acepta el tratamiento, no se hace). Si la ansiedad se produce ante un estímulo novedoso, que conozca el entorno dental: los instrumentos que vas usando, para qué sirven, qué va a sentir. «Saber» permite controlar la situación y relaja.
Ejemplo: cuando cogemos la cánula de aspiración le diremos que no produce ninguna molestia y que sirve para aspirar el agua que se expulsa por la turbina.

5. La distracción es una técnica útil y rápida. Tranquilizar con palabras y gestos, como una sonrisa o un chiste oportuno, bromeando con la situación. Reír produce una inmediata sensación de bienestar, por lo que es un potente remedio contra el estrés y el nerviosismo.
Ejemplo: cuando el paciente está tenso y se lleva un rato trabajando en la boca, simplemente preguntándole: «¿qué tal?, ¿está vivo?»; el paciente sonríe y se tranquiliza un poco.
Tratar de hablarles de temas que les interesen, de sus hijos, su trabajo, su actividad de ocio, deportes, etc.; que mire a un punto fijo…

6. Tranquilizar con técnicas de respiración y relajación; respirando profundamente tres o cuatro veces se logra una relajación inmediata. Enseñarles a abrir la boca sin tensar porque esto producirá un dolor mandibular innecesario que no permitirá que la experiencia de la intervención sea positiva. Parar un poco para relajar hombros, cuello, frente…
Ejemplo: «respira profundamente y por la nariz, imagina tus pulmones llenándose como globos de aire y deshinchándose al expulsar el aire y con él la tensión»

7. Es importante proporcionarle una manera de comunicación sin mover la cabeza, ya que no pueden hablar. Saber que se puede comunicar de alguna forma y que cuando quiera puede parar, proporciona cierto control y, en consecuencia, relajación.
Ejemplo: «si quieres parar o decir algo sólo tienes que levantar la mano izquierda».

8. Es muy importante que se sienta en buenas manos, que transmitas la sensación de que sabes lo que estás haciendo.

9. Procurar que los pacientes entren solos a la consulta, sobre todo cuando van a realizarse un tratamiento complejo.

10. Técnica de auto-instrucciones: animarle a que se repita mentalmente frases que le tranquilicen.

TERMINOLOGÍA DE ODONTOLOGÍA EMOCIONAL:

Coaching: método que consiste en acompañar, instruir y entrenar a una persona o a un grupo de ellas, con el objetivo de conseguir alguna meta o de desarrollar habilidades específicas.
Insight: percepción o entendimiento. Se usa para designar la comprensión de algo.
Liderazgo: conjunto de habilidades directivas que un individuo tiene para influir en la forma de ser de las personas o en un grupo de personas determinado, haciendo que este equipo trabaje con entusiasmo, en el logro de metas y objetivos.
Objetivos: fines o propósitos de algún ser, alguna institución o alguna organización.
Satisfacción: estado del cerebro producido por una mayor o menor optimización de la retroalimentación cerebral, en donde las diferentes regiones compensan su potencial energético, dando la sensación de plenitud.

Consultoría y sugerencias

Consulta: He conseguido que un paciente con ansiedad se realice el tratamiento dental, pero cuando acude a la consulta al final no me deja realizarle el tratamiento. ¿Qué puedo hacer?

Respuesta: Procura que el paciente no se vaya sin exponerse algo a la situación dental, comenzando por experimentar con situaciones lo menos molestas posibles.
Planifica citas de corta duración, pero que permanezca en la situación dental el tiempo suficiente como para que el organismo pueda reducir su malestar.
Que el paciente siempre se marche de la consulta con el mejor recuerdo posible.
Si necesitas apoyo, contacta con un coach especializado en Psicología en Odontología.

Si desea enviar alguna consulta para que le asesoremos o desea sugerir algún tema para ser tratado en esta sección de Odontología Emocional puede enviarnos un email a: helgamediavilla@psicodent.org.

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[accordion_item title =»Bibliografía»]

1. Mediavilla H. ¿Sabe comunicarse con su paciente? Relación con el paciente en Odontología. Editorial Bellisco. Madrid. 2002.
2. Utrilla M, Mediavilla H. Manual de comunicación en Odontología. Ediciones Mayo. Barcelona. 2014
3. Utrilla M, Viñals P, Carralero I. Gestión en Odontología. Editorial Bellisco. Madrid. 2010.
4. Mediavilla H. Tener o no tener miedo al dentista. Dental Practice Report 2013; 8 (2); 24-30.
5. Vermaire JH, de Jongh A, Aartman IHA. Dental anxiety and quality of life: the effect of dental treatment. Community Dent Oral Epidemiol 2008; 36: 409-416.
6. Armfield JM. A preliminary investigation of the relationship of dental fear to other specific fears, general fearfulness, disgust sensitivity and harm sensitivity. Community Dent Oral Epidemiol 2008, 36: 128-136.
7. Heaton L, Carlson CH, Smith T. Predicting anxiety during dental treatment using patients self-reports. Less is more. J Am Dent Assoc 2007; 138: 188-195.
8. Samorodnitzky G, Levin L. Self-assessed dental status, oral behaviour, DMF and dental anxiety. J Dent Educ 2005; 69 (12): 1385-1388.

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Programa preventivo de estrés para odontólogos

Uno de los temas que trata la Odontología Emocional es la prevención del estrés en Odontología, ya que es una profesión con muchos factores potencialmente estresantes.

Los miembros del equipo dental están sujetos a muchas presiones psicológicas (1) que conviene saber manejar para mantener una buena salud mental. La situación laboral en Odontología genera, por sí misma, un cierto grado de activación, beneficioso y necesario para mantener todos los recursos alerta (2) y atentos, con el fin de utilizarlos cuando sea necesario solucionar algún problema de la misma. Sin embargo, si esta activación se mantiene durante mucho tiempo o con demasiada intensidad, o si le damos más importancia de la que se merece, si no se dan descansos adecuados, etc., puede llegar a provocar agotamiento psicológico y aparecer síntomas como depresión o ansiedad, que pueden convertirse en patologías mentales como estrés laboral, burnout o mobbing (3-5).

Esta sintomatología bloquea todo funcionamiento laboral eficaz y se convierte en un círculo vicioso de incapacidad y malestar que será necesario cortar a través de un tratamiento psicológico adecuado.

El objetivo es enseñar a los miembros del equipo de trabajo de Odontología a prevenir el estrés, proporcionando los recursos necesarios para ello. Podemos detectar problemas de estrés cuando un profesional rinde menos, le ocurren más accidentes laborales, presenta más absentismo en el trabajo, no le interesa nada, está irritable, ansioso, desmotivado, deprimido, con problemas de sueño, de apetito…

El estrés no afecta de igual forma a todas las personas; se manifestará dependiendo de:

– La fortaleza psico-fisiológica del sujeto: parece ser que unas personas están más o menos predispuestas a padecer estrés que otras.
– El entorno estresante al que esté sometido el sujeto: dependiendo de la cantidad, intensidad y frecuencia con que tenga que someterse a los factores estresantes, la situación se hará más o menos llevadera.
– Los recursos de afrontamiento del estrés de los que dispone el sujeto: dependiendo de las habilidades de organización, planificación, relajación, decisión, etc., de las que disponga el sujeto, la situación le producirá más o menos sintomatología estresante.

El programa preventivo que proponemos (6,7) tiene como objetivo aumentar los recursos psicológicos para fortalecer la mente humana y tratar de reducir al máximo los factores estresantes. Cada persona sabrá escoger qué consejo necesita aplicar a su vida diaria para manejar el estrés laboral en Odontología. Recordar que cada nuevo aprendizaje tarda en instaurarse unos 21 días, por lo que si se quiere seguir más de un consejo, conviene ir aprendiéndolos de uno en uno.

Programa preventivo de estrés para odontólogos

1. Aceptar el estrés serenamente y sin irritaciones. Saber y aceptar que el entorno laboral no es de color de rosa, que hay frustraciones constantes, que no siempre las cosas ocurren cómo se había planeado, que surgen imprevistos, que las personas tenemos diferentes puntos de vista irreconciliables con los jefes, pacientes, compañeros, etc., que no somos ni tenemos por qué ser perfectos u omnipotentes, y que tenemos limitaciones. Saberlo y aceptarlo nos permite dejar de quejarnos y aprender a anticiparlo, prevenirlo y modificarlo. Hay que crear una cultura en el equipo de optimismo y actuación, no de queja.

2. Identificar tus propios agentes estresantes y aceptar tus reacciones emocionales. Identifica lo que te estresa: ¿cuándo me siento estresado?, ¿qué me hace estar estresado? Sólo el conocerlo genera cierto control y reduce el estrés. Conócete a ti mismo: ¿siento enfado, tristeza, ansiedad, ira, frustración…?

3. Planificar qué vas a hacer en concreto cuando aparezca esa situación estresante.

4. Comunicarse bien para controlar el estrés. Aprender habilidades de comunicación verbal y no verbal.

5. Recordar ocasiones similares en las que fuiste capaz de manejar la situación. Recordar las metas alcanzadas, las cosas que han salido bien, en vez de estar siempre pensando en lo que queda por hacer y lo que ha salido mal.

6. «Quien canta sus males espanta». Tararear una bonita melodía produce en uno mismo y en los demás emoción positiva, provocando un contagio emocional positivo que facilita la eliminación de estrés. Ponerle letra al tarareo de una melodía con aquello que me está molestando produce una automática pérdida de importancia de lo que molesta, consiguiendo que deje de molestar.

7. Sonreír. Produce contagio emocional y facilita las relaciones interpersonales. Usa el sentido del humor o simplemente sonríe, aunque al principio lo hagas de forma forzada y sin ganas.

8. Respirar profundamente. Tómate tu tiempo para relajarte un poco. El estrés produce tensión muscular. Alguna literatura lo llama «hablarle a tus músculos»; cuando, ante una situación tensa, notas alguna zona muscular en tensión, «habla» a los músculos de las distintas zonas de tu cuerpo (cara, brazos, piernas, pecho…) y diles: «relaja», «suelta» o «afloja».

9. Cambiar tus guiones. Lo que nos decimos a nosotros mismos influye en nuestras emociones y en nuestros actos, por eso es importante hablarse a sí mismo para poder autocontrolarse. Los guiones son lo que nos decimos sobre la situación estresante y los recursos que creemos que tenemos para hacerles frente. Esta información puede hacer que nos autocontrolemos o contribuir a una incómoda experiencia de estrés.

10. Cambiar «debo» o «tengo que» por «prefiero» o «quiero». Las normas son buenas porque facilitan el trabajo en equipo y predicen con relativa seguridad algunos acontecimientos futuros, pero las reglas autoimpuestas del tipo «debo» o «tengo que» pueden ser estresantes porque producen poca flexibilidad, culpa si no se consiguen, autoexigencia y perfeccionismo imposible de alcanzar y lograr y, por tanto, constante frustración innecesaria y poca valoración de lo que se consigue si no es «el todo».

11. Cambiar el entorno y la tarea. A veces se puede elegir entre soportar los palos que da el estrés o cambiar nuestra posición y situación: puerta abierta o cerrada de despacho, apagar teléfono, organizar agenda, entradas al correo, delegar, retirarse a estancias aisladas, diseño y decoración de la clínica o gabinete, organizar el ordenador o un buen archivo o agenda, organizar las actividades profesionales, personales, familiares, sociales, las actividades pendientes, etc.

12. Gestionar bien la agenda. «No nos va a dar tiempo», «no me da la vida», «el día a día me come». Establecer prioridades, fijar fechas límite, posponer o no dejar para mañana.

13. Aprender a delegar.

14. Cuidar la salud. Alimentación, tiempo suficiente de sueño, actividades de ocio, amistad, ejercicio físico, pasear, andar, etc. Contéstate a la pregunta: «¿qué me sienta bien?», y hazlo como prioridad.

Medidas preventivas del estrés

1. Aprender a manejar pacientes, sobre todo pacientes ansiosos.

2. Mantener el gabinete dental en buenas condiciones.

3. Conocer la utilización del instrumental y sus riesgos.

4. Informarse de enfermedades infecciosas de los pacientes.

5. Equipamiento: luz, ventilación adecuada, temperatura, higiene…

6. Reducir el tiempo de exposición del factor de riesgo: radiografías, sangre, ruido de turbina…

7. Más información: conocer riesgos y cómo prevenirlos.

8. Más protección: mascarilla, guantes, vacunación.

9. Tomar vacaciones alguna vez.

10. Favorecer la opinión sobre uno mismo.

11. No tener prisa y ser realista por conseguir determinados objetivos que necesitan tiempo para alcanzarlos.

12. Realizar ejercicio físico.

13. Organizarse en el trabajo para poder disponer de algo de tiempo libre al día.

14. Aprender técnicas de relajación, de interpretación correcta de las reacciones de los pacientes, de solución de problemas, situaciones conflictivas, planificación del tiempo.

Terminología Odontología Emocional

  • Burnout: «síndrome de estar quemado», síndrome de agotamiento psíquico o emocional, despersonalización y reducción de la realización personal que les ocurre a los individuos que trabajan con otras personas.
  • Depresión: trastorno del estado de ánimo, transitorio o permanente, caracterizado por sentimientos de abatimiento, infelicidad y culpabilidad, además de provocar una incapacidad total o parcial para disfrutar de las cosas y de los acontecimientos de la vida cotidiana (anhedonia).
  • Estrés: respuesta general del organismo ante cualquier estímulo que se percibe como amenazante o de demanda incrementada.
  • Estrés laboral: reacción que puede tener el individuo ante exigencias y presiones laborales que no se ajustan a sus conocimientos y capacidades, y que ponen a prueba su capacidad para afrontar la situación.
  • Mobbing: «acoso laboral», «acoso moral en el trabajo». Es tanto la acción de un hostigador, u hostigadores, conducente a producir miedo, terror, desprecio o desánimo en el trabajador afectado hacia su trabajo, como el efecto o la enfermedad que produce en el trabajador.

Consultoría y sugerencias

Consulta: Cada vez que me dirijo por la tarde a la clínica dental donde trabajo, me siento cansada y desmotivada. ¿Qué puedo hacer para mejorar mi estado de ánimo?

Respuesta: Identifica lo que te estresa y acepta tus emociones. Cambia el entorno profesional que te altera. Gestiona mejor tu agenda laboral y aprende a delegar. Mejora la comunicación y el trato con los pacientes. Ten confianza en ti misma y sé optimista.
Aprende técnicas de relajación. Sonríe, canta, cuida tu alimentación, haz ejercicio físico, cuida tus amistades y ten actividades de ocio.
Si necesitas apoyo, contacta con un coach especializado en Psicología en Odontología.

Si desea enviar alguna consulta para que le asesoremos, le informemos sobre cursos, prevención del estrés profesional o desea sugerir algún tema para ser tratado en esta sección de Odontología Emocional, puede enviarnos un email a helgamediavilla@psicodent.org.

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[accordion_item title =»Bibliografía»]

1. Utrilla M, Mediavilla H. Bienestar profesional en la clínica dental. Ed. Ripano. 2012.
2. Mediavilla H. Cómo prevenir y gestionar el estrés laboral. Dental Practice Report 2012. Vol. 7, Nº 4, 42-43.
3. Jaworek M, Marek T, Karwowski W, Andrzejczak C, Genaidy A.M. Burnout syndrome as a mediator for the effect of work-related factors on musculoskeletal complaints among hospital nurses. International Journal of Industrial Ergonomics 2010, 40, 368-375.
4. Gul H, Ince M, Ozcan N. The relationship between workplace. Mobbing and Burnout among academics at a Turkish university. Research Journal of International Studies 2011. 18: 118-134.
5. Keim J, McDermott J. C. Mobbing: Workplace Violence in the Academy. The Educational Forum 2010. 74, pp. 167-173.
6. Mediavilla H, Utrilla, M. 15 técnicas para controlar el estrés en Odontología. Dental Tribune Spain 2013. Nº 3. Vol. 8. 21.
7. Mediavilla H, Utrilla M. Técnicas para controlar el estrés en Odontología. 2013. AMIC Today Nº 1, 03.

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Cómo prevenir la fobia dental

Desde siempre, la Odontología ha estado asociada a dolor y miedo al dentista (1). El dolor de muelas ha sido uno de los dolores más insoportables para la población.

252_OdontoEmo_EstimulosLa situación dental no es neutra (2), muy al contrario, es una situación que el paciente va a experimentar como novedosa y ante la cual no sabemos cómo va a ser capaz de reaccionar. Todo ello, unido a lo que ha oído de otras personas o lo que ha podido experimentar, provoca que sea una situación ansiógena.

Nuestra labor es hacer que la experiencia del paciente (3), desde que llama para pedir cita hasta que finaliza su tratamiento dental, sea lo menos traumática posible y quede un recuerdo satisfactorio.

La fobia dental es un tipo de ansiedad incapacitante y bloqueante de un nivel tan alto que quien la padece no puede afrontar la situación odontológica (4), evitándola todo lo que puede. Estos pacientes prefieren perder todas sus piezas dentales y seguir con el dolor, antes que acudir al dentista. Lo más frecuente es encontrarnos con el paciente fóbico en una situación bucodental muy decadente.

A partir del control del dolor con anestésicos locales, el entorno odontológico continuó siendo molesto al paciente debido a otra serie de factores condicionantes de fobia: ruido, olores, postura, sensación de estar anestesiado… Hoy en día, la clínica dental sigue siendo un entorno poco agradable, al menos, para la población (5).

A pesar de las mejoras en los tratamientos dentales (anestesia, mayor profesionalidad del equipo odontológico, etc.), asisten a consulta pacientes con distintos grados de ansiedad. Y un dato a tener en consideración, el 9% de la población evita ir al dentista por miedo a distintas variables de la situación odontológica (6-8).

Poco a poco, se van eliminando o suavizando estas variables, pero algunas de ellas no se pueden cambiar por lo que hay que enfrentarlas. La reacción del paciente ante la situación dental variará dependiendo de su estado emocional. Igualmente su comportamiento, su receptividad a nuestras instrucciones y su sensibilidad dolorosa frente a las distintas maniobras terapéuticas variarán de un paciente a otro.

La fobia dental es un problema tanto para el paciente, ya que es un gran obstáculo para poder mantener una correcta salud bucodental; como para el odontólogo, que se siente impotente ante una correcta atención a la fobia del paciente (9).

 

Desde 1995, PsicoDent aborda este problema con un equipo de psicólogos especializados en su tratamiento y en el conocimiento especializado del entorno odontológico, alcanzando tasas del 100% de eficacia en el tratamiento de reducción de la ansiedad. Todo el mundo se siente mejor después del tratamiento, tiene menos miedo al dentista. Y lo que es más importante, el 90% de los pacientes se realiza el tratamiento dental planificado. El tratamiento de fobias lo tiene que realizar un psicólogo clínico especializado y con conocimiento sobre esta fobia. Sólo así el tratamiento tiene eficacia. El equipo dental puede y debe colaborar en la prevención de la fobia dental.

En una ocasión tratamos a una paciente con fobia dental que no entendía por qué tenía esta fobia y no era capaz de ir al dentista, ya que anteriormente llevaba toda su vida acudiendo a la clínica dental a realizarse un tratamiento de ortodoncia. Tenía 47 años. Buscamos el estímulo que había podido desencadenarle esa fobia. Suponíamos que había sido algo muy sutil diferente al dolor, diferente al ruido, diferente a lo que típicamente se considera que produce una fobia.

Por ello le preguntamos acerca de cómo había sido el trato recibido por el equipo dental las últimas veces que había acudido al dentista. La paciente se quedó impactada con la pregunta porque se dio cuenta inmediatamente de que eso era lo que había provocado su malestar. Se había cambiado de ciudad y, como no conocía a ningún dentista, entró a un centro dental muy grande. Nada más entrar nadie le preguntó ni se dirigió a ella por su nombre, la llevaron de un gabinete dental a otro sin mirarle siquiera a los ojos y se sintió poco atendida, muy insegura y sola. Eso es lo que le originó fobia dental.

Esta es la parte que podemos cuidar en nuestras clínicas dentales. Como comentaba antes, conocer el nombre del paciente, acompañarle, preguntarle, que la persona sienta que en ese momento sólo se está atendiendo a su situación de salud dental… eso produce un bienestar que hace que fidelicemos al paciente y que vuelva. Si una persona está a gusto en la clínica dental, volverá. Y esto lo produce el trato con el paciente, no el dolor, porque el paciente ya sabe que le puede molestar un tratamiento y está preparado para ello. Lo que no acepta es que no se le trate con respeto, con aceptación y con interés.

No quiero decir con esto, ni mucho menos, que el equipo dental no sepa tratar al paciente. Pero sí ocurre en muchas ocasiones, sin darnos cuenta, que cuando hay tanto trabajo se descuida la atención personalizada al paciente (10).

Medidas preventivas de fobia dental

1. Poner música. Que se oiga lo menos posible la turbina.
2. Ambientador o ventilar. Que huela lo menos posible a ‘dentista’.
3. Esperar al efecto de la anestesia. No comenzar el tratamiento sin comprobar que la zona está anestesiada.
4. Ver lo menos posible. Si el paciente no ve la aguja, mejor.
5. No dejar pasar acompañantes a mirar en determinados tratamientos complejos, porque duele más verlo desde fuera que lo que realmente siente el paciente.
6. Dar al paciente sensación de control. Podemos parar cuando él nos diga.
7. Crear un clima de confianza y respeto. Sabe que puede decirnos cómo se siente, que va a ser aceptado y respetado.
8. El paciente tiene que saber que para nosotros él es importante. Llamarle por su nombre, escucharle, atenderle.
9. Que no tenga que esperar tiempo en la sala de espera.
10. Que salga del gabinete dental más relajado de como ha entrado.

Bibliografía

1. Mediavilla H. Tener o no tener miedo al dentista. Dental Practice Report, Vol. 8, Nº 2, 24-30. 2013.
2. Vermaire JH, de Jongh A, Aartman IHA. Dental anxiety and quality of life: the effect of dental treatment. Community Dent Oral Epidemiol, 36: 409-416. 2008.
3. Utrilla M, Viñals P, Carralero I. Gestión en Odontología. Ed. Bellisco. 2010.
4. Armfield JM. A preliminary investigation of the relationship of dental fear to other specific fears, general fearfulness, disgust sensitivity and harm sensitivity. Community Dent Oral Epidemiol, 36: 128-136. 2008.
5. Mediavilla H. ¿Sabe comunicarse con su paciente? Relación con el paciente en Odontología. Ed. Bellisco. 2002.
6. Utrilla M, Mediavilla H. Bienestar Profesional en la Clínica Dental. Ed. Ripano. 2012.
7. Heaton L, Carlson CH, Smith T. Predicting anxiety during dental treatment using patients self-reports. Less is more. J Am Dent Assoc, 138: 188-195. 2007.
8. Samorodnitzky G, Levin L. Self-assessed dental status, oral behaviour, DMF and dental anxiety. J Dent Educ. 69(12): 1385-1388. 2005.
9. Mediavilla H. Psicología en Odontología. RCOE, Vol. 17, Nº 4, 279-280. 2012.
17. Utrilla, M. Marketing sensorial, más allá de los sentidos. Dental Practice Report, Vol. 8, Nº. 1, 22-23. 2013.

Aprender a escuchar a nuestros pacientes

En una clínica dental a la que acudí hace unos meses para enseñar al equipo de trabajo técnicas de comunicación (1) y a prevenir su estrés (2), me llamó la atención durante el proceso de consultoría y evaluación que realicé el caso de un paciente que venía desde Italia exclusivamente para que le atendiera el odontólogo de la clínica dental de España, después de un periplo por diferentes consultas en aquel país. No podía quedarme sin conocer el motivo por el cual ese paciente acudía desde tan lejos a visitar esta clínica.

Le pregunté: «¿Por qué quieres que te atienda este dentista?». Yo esperaba que me contestara: «Porque es el mejor», «Porque es el más barato», «Porque es el más cercano a mi casa», «Porque es de mi sociedad médica», «Porque es amigo», «Porque me le han recomendado», etc.

¿Sabéis qué me respondió?: «Porque me escucha».

Ya conocía la importancia de la escucha en la comunicación debido a mi actividad profesional como psicoterapeuta, formadora en comunicación y consultoría (3). De su importancia en el establecimiento de una buena relación con el paciente (rapport), para crear confianza y fidelizar pacientes. Y tras 17 años de ejercicio profesional con personas y para las personas y su bienestar, buscando la clave para establecer relaciones cordiales, me contestan que lo más importante es que me escucha.

Después de años de estudios de Odontología, de cursos, doctorados, másteres, etc., el paciente contesta que lo que más le gusta de ti es que «le escuchas». ¿Os imagináis? Así es. La escucha es una herramienta tan importante o más que tus manos, que tus conocimientos académicos.

Estudios recientes (4) demuestran que un alto porcentaje de las mejoras del paciente en psicología se deben tanto a las habilidades de escucha del terapeuta como a sus conocimientos científicos sobre la materia.

Los conocimientos académicos, por supuesto, hay que adquirirlos, pero también los relacionados con la Odontología Emocional (5). Las personas que saben escuchar tienen más éxito en su vida laboral y profesional (6).

Es muy probable que el paciente que ha sido escuchado tenga un mejor proceso terapéutico, un mejor postoperatorio, una mejor percepción (7) del entorno de clínica dental y del odontólogo. El paciente escuchado disculpará más posibles errores o problemas que vayan surgiendo, tales como una cita mal dada, retrasos en la sala de espera, etc.

Se aprende a escuchar, no todo el mundo sabe (8). Sabemos todos que no es lo mismo oír que escuchar. Yo enseño a escuchar.

La escucha representa un esfuerzo físico y mental para captar la totalidad del mensaje. Debemos tener atención y concentración, centrar toda nuestra energía en las palabras e ideas del comunicado, entender el mensaje y demostrarle a nuestro interlocutor que se siente bien interpretado.

Escuchando demostramos interés por nuestro paciente, mostramos respeto y comprensión, reducimos los malentendidos y los conflictos y nos ganamos su confianza.

Existen diferentes niveles de no-escucha:

– Escucha interpretativa. Es como cuando estamos escuchando la radio, estamos muy centrados en nuestras propias interpretaciones y soluciones al problema.
– Escucha selectiva. Es como cuando estamos a la defensiva, sólo escuchamos aquello que confirma nuestras hipótesis.
– Escucha fingida o política: sólo damos la impresión de escuchar, pero en realidad no lo estamos haciendo.

Consejos para escuchar a los pacientes

Si queremos que nuestro paciente o interlocutor se sienta escuchado tenemos que:

1. Mirarle a los ojos cuando me habla.
2. Poner cara de interés hacia quien se dirige a nosotros.
3. No mirar el reloj o el teléfono mientras me habla.
4. Asentir con la cabeza.
5. Dar a los demás la oportunidad de hablar.
6. Evitar distraer a la persona que está hablando.
7. No corregir los errores de quien habla.
8. No terminar las frases de los demás por ellos.
9. No interrumpir cuando el paciente está hablando.
10. Coherencia entre lo que digo verbalmente y lo que ex- preso de forma no verbal.
11. Dar al orador tiempo después de hablar.
12. Expresar su aprecio de manera inmediata.

Consultoría y sugerencias

Si desea enviar alguna consulta para que le asesoremos o desea sugerir algún tema para ser tratado en esta sección de Odontología Emocional, puede enviarnos un email a helgamediavilla@psicodent.org
—Consulta: ¿Cómo puedo educar a un paciente que acude a la consulta mal informado y con hábitos de higiene deficientes?
—Respuesta: Debes hacer saber al paciente que te preocupas por él; atiende y entiende sus demandas. Escúchale con paciencia y emplea un tono de voz y un vocabulario acorde a cada paciente.
Utiliza las palabras adecuadas y el gesto adecuado en el momento adecuado y con la persona adecuada.
Genera confianza explicándole lo que va a sentir, lo que va a notar; hazle partícipe del tratamiento.

Terminología de Odontología Emocional

Aprendizaje: Proceso de adquisición de conocimientos, habilidades, valores y actitudes, posibilitado mediante el estudio, la enseñanza o la experiencia.
Escuchar: Acción de poner atención en algo que es captado por el sentido auditivo.
Interlocutor: Cada una de las personas que toman parte en un diálogo.
Latencia: Es el tiempo que transcurre entre el final de la frase que emite un interlocutor y el comienzo de otra por parte de otro interlocutor.
Rapport: Relación de armonía, entendimiento, sincronización y confianza mutua entre dos o más personas.

«Bibliografía»

1. Mediavilla H. ¿Sabe comunicarse con su paciente? Relación con el paciente en Odontología. Editorial Bellisco. Madrid. 2002.
2. Mediavilla H. Cómo prevenir y gestionar el estrés laboral. Dental Practice Report 2012; 7(4): 42-43.
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7. Utrilla M, Viñals P, Carralero I. Gestión en Odontología. Editorial Bellisco. Madrid. 2010.
8. Mediavilla, H. Psicología en Odontología. RCOE 2012; 17(4): 279-280.