El Colegio de Dentistas de Castellón apoya la retirada de la obligatoriedad de las mascarillas en las clínicas dentales y pide que su uso sea decisión de cada paciente

El Colegio considera que la medida no aporta en el actual contexto sanitario un extra a la protección de la salud y que su utilización en las consultas debería limitarse a una recomendación.

El Colegio Oficial de Dentistas de Castellón respalda la petición lanzada desde el sector al Gobierno de aprobar la supresión de la obligatoriedad del uso de las mascarillas en las clínicas dentales y defiende que cada paciente sea libre de utilizarla o no en función de sus circunstancias personales o de salud.

El CODECS se une así a la reivindicación del Consejo General de Dentistas, que ve “innecesaria en este momento la medida e insta al Gobierno de España a aprobar cuanto antes el Real Decreto que convierta esta obligación en una recomendación”.

En este sentido, tanto desde el organismo estatal como desde el colegio castellonense indican que cada ciudadano “bajo su propia responsabilidad debe decidir si llevar o no mascarilla no sólo en la consulta dental, sino en cualquier ámbito de su vida”. Por lo tanto, su utilización en nuestras consultas “debería quedar como una recomendación de uso”, señalan desde la Junta de Gobierno del CODECS.

Desde el Colegio de Castellón recuerdan así que «las clínicas dentales han sido durante la pandemia y siguen siendo uno de los espacios más seguros, por los altos estándares en protocolos de asepsia y desinfección, así como por medidas para prevenir la infección cruzada, la mayoría de las cuales ya se encontraban en todas las consultas antes de la llegada de la emergencia sanitaria».

“Además, por las características propias de la atención a nuestros pacientes, durante el tratamiento deben retirarse la mascarilla, por lo que su uso en las clínicas dentales no es prolongado ya que se limita a las esperas previas a la consulta”, dicen.

Por todo ello, “creemos que la utilización de las mascarillas en nuestras consultas ha de responder a una decisión individual de cada paciente y no ser fruto de una obligación que, dado el contexto sanitario actual, no vemos necesario”.