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Javier Alández, una gran pérdida para la profesión

Obituario

La triste e inesperada desaparición del doctor Javier Alández ha traumatizado a la profesión. Siempre sonriente y colaborador, gran profesional y mejor amigo de sus amigos, deja un grato recuerdo en todos cuanto le conocimos.

Sirvan estas sentidas palabras de su gran amigo Miguel Carasol para recordar la figura de este dentista de pro, dignificador de la profesión. D.E.P.

Miguelito… Javi… Así nos hemos pasado los últimos treinta años de nuestra vida. Es verdad que hoy nadie responde cuando digo, que no grito, Javi… Y, aunque sea algo que me duele en el alma, algo que me cuesta mucho comparar con otras pérdidas, y no solo por la sorpresa y lo brutal de la misma, tampoco esperarás que me sorprenda que no te hayas ido a los ciento cinco años rodeado de un coro de angelitos entonando cantos gregorianos. Como bien decías, siempre hemos vivido en el alambre, muchas veces sembrando la polémica por nuestro concepto de clínica periodontal, pero siempre orgullosos de levantarnos a las seis y media de la mañana para que ciento veinte familias (luego bastantes más), tuvieran un trabajo digno y con prestigio. Recuerdo haber cruzado la calle principal de Guadalajara, saludar a los barrenderos y pensar decirles que iba a Madrid a desayunar con mi Javi (y con José Ignacio) para que los pacientes, nuestro objetivo principal, estuvieran bien tratados desde primera hora de la mañana hasta la última de la noche.

¡Treinta años! Contigo han parecido trescientos. ¡Qué criatura! No solo los pacientes, sino los alumnos, tus compañeros hemos visto pasar la vida a una velocidad de vértigo, en gran parte gracias a ti. Los «Vintage» estamos huérfanos por segunda vez. Somos fuertes, ¡pero no tanto!
Ahora que todo está pasando, ahora que ya he cumplido malamente con escribir unas palabras en tu honor, debo decirte, Javi, que no puedo soportar tu pérdida. Siempre te querré.

 

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6 COMENTARIOS
  1. Era mi dentista desde hace pocos años pero me trataba con un cariño como si me conociera de toda la vida. Antes de Semana Santa me hizo los últimos implantes de una forma impecable, ni siquiera me dió puntos. No coincidí con él en las últimas citas y no le pude decir lo contenta que estaba con su intervención. Es una gran pérdida como profesional y como persona. Lo siento en el alma
    . Mi pésame a su familia y a todos los que lo conocisteis. Te echaremos de menos. Gracias

  2. Estoy consternada . No solo era mi dentista sino también mi amigo. Le conocí hace catorce años, fue mi salvación. Me ha puesto 8 implantes. Hoy lloro su pérdida. Abrazos a la familia.

  3. Me avisaron hace unos días de la repentina pérdida del Dr. Alández. Todavía recuerdo cuando hace años me puse en sus manos con un sinfín de problemas en la boca derivados de demasiados años de internados, pisos compartidos, regulares alimentaciones y peores cuidados bucales, y tras escasas semanas había acabado con unos padecimientos que me llevaban amargando desde hacía años. Me puso implantes, me curó las encías, etc. y me quitó de una tacada tres muelas del juicio a las 8,30 de la mañana y me fuí a trabajar todo el día sin problemas. Sin duda, un grandísimo profesional.
    Y cuando le pedí peritajes y opiniones por cuestiones legales, siempre me ofreció criterios que nadie discutió.
    Qué pena que se haya ido tan rápido, en un «periquete» como acostumbraba a decir.

  4. Siento una enorme pérdida por el Dr. Alández. Llegué a su clínica con la boca destrozada por unos implantes que me habían puesto anteriormente en otro sitio. Él tuvo que quitarlos, hacer injerto de hueso y volver a ponerme todos los implantes de nuevo. Me salvó la boca, el trato que recibí siempre de él fue exquisito y gracias a que me puse en sus manos he podido volver a sonreír, siempre me acordaré de su eterna sonrisa y su buen hacer.

  5. Para una gran persona y mejor médico. Llegué a tu consulta con mi hijo al que le faltaban 4 dientes pues no le habían salido y además tenía otro que se había dañado. Le hiciste 5 implantes y me distes ánimos cuando lo necesitaba dejándole una boca preciosa. Ha sido una gran pérdida para todos tus pacientes que te apreciamos.

  6. Triste 13 de julio en el que me comunican la noticia de que mi entrañable y estimado doctor ha fallecido inesperadamente. ¡Más de 22 años desde que me atendió por primera vez! y siempre me hizo sentir más como una amiga que como una paciente. Esté dónde esté Doctor Alández, me considero afortunada por haberle conocido. Ya le echo de menos.
    Mi más sincero pésame a su familia y amigos.

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