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Dr. Eusebio Torres Carranza

Protocolos de carga protésica en Implantología: carga inmediata versus carga diferida

Actualmente, una de las cuestiones que siguen preguntándose los pacientes cuando se plantean un tratamiento implantológico es: ¿cuándo podré disfrutar de las ventajas de una nueva prótesis dental? Si asemejamos el plan de tratamiento implantológico a la construcción de una vivienda, la pregunta sería similar a: ¿cuándo puedo empezar a vivir en ella? Entrar a vivir a una vivienda no implica en todos los casos que las obras hayan terminado. Aunque en muchos casos es así, en no pocas ocasiones se pueden hacer obras en una casa sin llegar a desalojarla. Este concepto sería el que en nuestros tratamientos implantológicos estaría cubierto por las prótesis provisionales sobre implante, que permitirían disfrutar de una rehabilitación, aun cuando el tratamiento no se ha terminado. Al igual que vivir en una casa en obras, el periodo que estemos con estas prótesis provisionales, su uso y nuestra comodidad tendrá algunas limitaciones.

Hemos empezado por las similitudes entre un tratamiento implantológico y la construcción de una vivienda, pero ¿y las diferencias? Evidentemente, hay muchas. Pero por centrarnos en la que más nos interesa ahora, diríamos que mientras una casa se ancla en pilares, lozas y estructuras que al fin y al cabo creamos de forma artificial retirando los elementos naturales (si no nos son favorables) y pudiendo sustituirlos por elementos artificiales sin que esto afecte negativamente (más bien positivamente) al resultado final, en el caso del tratamiento implantológico, los anclajes de dicho tratamiento nos vienen dados: es el hueso del paciente. Si no es adecuado, nuestra capacidad para mejorarlo es limitada (aunque es cierto que hay opciones) y siempre, siempre, estamos sujetos a la variabilidad biológica sobre la que no tenemos ninguna capacidad de actuar (lo cual equivale a decir que nunca, nunca, se puede garantizar el éxito de un tratamiento al 100%).

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Rehabilitación implantoprotésica en el paciente oncológico: experiencia de 20 años

Resumen

Los pacientes que han sido tratados por un proceso oncológico se encuentran con una alteración de funciones básicas, como la masticación, fonación y estética, que les impide desarrollar una vida normal en cuanto a la alimentación, habla y relaciones sociales, lo que disminuye de forma manifiesta su calidad de vida. En la medida de lo posible la restitución del tejido perdido se puede realizar con prótesis dental, si bien los implantes en estas situaciones han supuesto un elemento clave debido a que la alteración de la mucosa hace que el apoyo mucoso sea difícil.

Tras 20 años de experiencia y dedicación en la Unidad de Rehabilitación Protésica de la Unidad de Gestión Clínica de Cirugía Oral y Maxilofacial en los Hospitales Universitarios Virgen del Rocío, nos planteamos estudiar los resultados obtenidos en dicha Unidad, analizando la supervivencia de los implantes endoóseos colocados en pacientes que han sido tratados de un cáncer en la cavidad oral y que, tras dos años supervivencia, precisan una rehabilitación protésica.

Introducción

El cáncer es, junto a la patología cardiovascular, la causa más frecuente de mortalidad en el mundo occidental. Histológicamente, la neoplasia maligna más frecuente de cabeza y cuello surge de la superficie del epitelio y se trata del carcinoma de células escamosas o epidermoide, que supone el 5% de la totalidad de las neoplasias malignas del organismo y el 90% de los cánceres de cabeza y cuello (1,2). La lengua y suelo de boca son las dos localizaciones más frecuentes del carcinoma epidermoide primario de la cavidad oral en el mundo occidental. La etiología es desconocida. Se considera de origen multifactorial en la que intervienen diferentes factores como el tabaco, el alcohol, factores genéticos, agentes infecciosos, alteraciones inmunológicas, radiaciones, lesiones cancerizables, estado nutricional, factores orales. etc. Sí que es evidente que el carcinoma de células escamosas de la cavidad orofaríngea se asocia, con alta frecuencia, con el consumo de tabaco, abuso de sustancias alcohólicas y estado nutricional deficiente (3).

Generalmente, el cáncer oral suele debutar como lesiones asintomáticas sin manifestaciones clínicas aparentes de duración indeterminada y tras la cual aparece una lesión ulcerosa o exofítica: el cáncer establecido, que suele ser indolora en este estadío, por lo que el paciente no le da importancia. Por ello, los pacientes que suelen acudir a la consulta para su valoración lo hacen con lesiones en estadíos avanzados. El cuadro clínico más habitual del paciente que acude a la consulta es de una úlcera o lesión sobreelevada, indurada, frágil, con tendencia al sangrado y que suele ir acompañada de dolor, que puede irradiarse al oído, y trismus. Puede afectar al habla y a la deglución, según el tamaño, la localización y la extensión. De igual modo, se pueden encontrar adenopatías metastásicas cervicales en estadíos avanzados. No obstante, la variabilidad clínica es amplia en este tipo de tumores.

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