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«En los próximos cinco años tendremos la posibilidad de regenerar los maxilares con productos de ingeniería tisular»

Doctores Ana Sánchez y Luis Miguel Redondo, investigadores.

Una investigación elaborada conjuntamente por el Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM) de la Universidad de Valladolid (UVA), el Hospital Universitario Río Hortega y el Centro Comunitario de Sangre y Tejidos del Principado de Asturias avanza en el tratamiento de algunos tumores y en la regeneración maxilofacial. Para saber hacia dónde se dirige la Medicina Regenerativa, hemos hablado con los autores este proyecto.

Los doctores Ana Sánchez, directora de la Unidad de Producción Celular (UPC) del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM) de la Universidad de Valladolid, y Luis Miguel Redondo, experto en Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital del Río Hortega de Valladolid, se encuentran inmersos en una investigación en la que, mediante el uso de células madre, han hallado una nueva matriz osteoarticular que podría mejorar quistes dentales y la soldadura de huesos fracturados atrofiados.

—¿En qué aspectos de la Odontología podrán tener utilidad los resultados de esta investigación?
—Aunque nuestro ámbito de trabajo se ha centrado en la Cirugía Oral y Maxilofacial, a nivel odontológico se han realizado notables progresos. La mayoría de los trabajos de regeneración ósea de los maxilares con células mesenquimales van encaminados a obtener un biomaterial capaz de competir con el golden standar, que sería el autoinjerto de hueso en la regeneración ósea de la apófisis alveolar.
En estas investigaciones se combinan las células mesenquimales con diversos biomateriales, como pueden ser las hidroxiapatitas. El objetivo final de estos trabajos es regenerar el hueso para facilitar la rehabilitación protésica con implantes osteointegrables.

—¿Cuál es el mecanismo de acción de esta nueva matriz sobre los quistes dentales?
—La composición de la matriz es material biológico (suero entrecruzado) del propio paciente. Por lo tanto, el crecimiento e integración de las células mesenquimales en el mismo es muy favorable.

—¿Cómo se obtiene esta matriz?
—Se obtiene suero del paciente que se trata con un agente entrecruzante para obtener una consistencia adecuada. Más tarde, el entrecruzante se retira por liofilización y se siembra con las células mesenquimales obtenidas del propio individuo.

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Luis Miguel Redondo, experto en Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Río Hortega de Valladolid.

—¿Podemos afirmar que esta nueva matriz mejorará la soldadura ósea y, por lo tanto, la osteointegración de los implantes dentales?
—Hasta ahora hemos realizado la fase preclínica en Valladolid y Oviedo, y un ensayo clínico en Valladolid que ha incluido a doce pacientes procedentes del Hospital Río Hortega. Actualmente el ensayo está en Fase I, es decir, de seguimiento, pero la impresión basada en pruebas no invasivas es buena.

—¿Se considera una técnica segura y sin efectos secundarios?
—Nuestros datos preliminares son muy positivos. Hasta ahora, no ha habido ningún efecto adverso que declarar y los pacientes evolucionan favorablemente.

—¿Cuándo se podrán abordar retos más ambiciosos como sería la regeneración de una mandíbula completa?
—La regeneración ósea con células mesenquimales está siguiendo un progreso lento porque, antes de tener una aplicación en la práctica diaria, precisa una investigación básica experimental y el desarrollo de estudios clínicos en forma de ensayos.
Nuestro siguiente paso es probar la utilización de células alogénicas en un ensayo multicéntrico, en el cuál colaborarán dos hospitales del Principado de Asturias y el de Río Hortega de Valladolid. Si los resultados son satisfactorios, esto permitiría una mayor rentabilidad de la producción celular de las «Salas Blancas» y se abaratarían notablemente los costes de producción.
En los próximos cinco años tendremos la posibilidad de regenerar huesos como los maxilares con productos de ingeniería tisular.

—¿Hacia dónde se dirige la Medicina Regenerativa en Odontología?
—En el ámbito odontológico la investigación se dirige a la regeneración del hueso de la apófisis alveolar y de los defectos quísticos y periodontales y a mejorar la integración de los implantes dentarios con células mesenquimales.
Aparecerán nuevos biomateriales de uso clínico que incorporarán células y nuevas terapias para el tratamiento de las enfermedades de la mucosa oral.

—¿Quiénes integran el equipo investigador de este proyecto?
—Está constituido, por un lado, por el Centro Comunitario de Sangre y Tejidos del Principado de Asturias de Oviedo, que dirige el Dr. Álvaro Meana.
Y, por otro lado, en Valladolid se ha creado un equipo mixto con personal del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM) de la Universidad de Valladolid y del Servicio Maxilofacial del Hospital Universitario Río Hortega, en concreto, el Dr. Redondo, por la parte hospitalaria, y el Dr. Javier García-Sancho y yo misma, por la parte investigadora.
También ha participado Verónica Díaz, bióloga procedente del grupo de Oviedo, que ha realizado la producción celular y la matriz de bioingeniería desde Citospin, una spin-off de la Universidad de Valladolid que provee células madre para distintos tratamientos.

—¿En qué otros ámbitos de la Medicina podrá ser útil este descubrimiento?
—Las células mesenquimales están siendo aplicadas en varios ensayos. El grupo de investigación en Terapia Celular y la empresa Citospín producen células para llevar a cabo las fases preclínicas de varios proyectos de Medicina Regenerativa, que, una vez autorizados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AGEMED), se han trasladado a los ensayos clínicos.
Entre ellos, los orientados hacia la regeneración del disco intervertebral lumbar, el cartílago articular, la superficie ocular, las cavidades óseas quísticas de los maxilares, etc. o hacia el tratamiento mediante el uso de células mesenquimales alogénicas de patologías como la discopatía lumbar o la gonartrosis, entre otras. La bioingeniería que se ha desarrollado en estas investigaciones será muy útil para el tratamiento y reconstrucción ósea en la región maxilofacial.

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