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El Consejo General de Dentistas crea una «clínica solidaria» en Madrid

Entrará en funcionamiento en las primeras semanas de febrero

La Fundación Dental Española patrocina la creación de una clínica solidaria en el centro de Madrid para atender a pacientes de escasos recursos económicos. Pero hay quienes recelan de esta acción impulsada por Villa Vigil.

El Consejo de Dentistas ha puesto en marcha, a través de su Fundación Dental Española, la creación de una clínica dental que su presidente, Alfonso Villa Vigil, califica de «solidaria», según manifestó a GACETA DENTAL al ser preguntado por la existencia de este proyecto, y añadió que se está fraguando en el número 5 de la calle Rafael Calvo, en el céntrico y castizo distrito madrileño de Chamberí. Según el doctor Villa Vigil se trata de una clínica que prestará servicio dental a «pacientes sin medios económicos», aunque no ocultó que también tendría como objetivo el validar las prácticas de quienes trabajen en esta consulta para proporcionar el título propio de especialista que el Consejo ha puesto en marcha recientemente. «Entre los dentistas que trabajen en la clínica habrá dos o tres plazas reservadas al dentista en formación de especialidad del Consejo», reconoce.

Plan piloto

En concreto Villa Vigil habla de una actividad mixta, pública y privada, en la clínica «para hacer de ella un plan piloto, que podría repetirse en otras ciudades». Y cree que la apertura de este tipo de clínicas aporta tres claros beneficios a la profesión: «En primer lugar, ofrece una buena imagen de las clínicas dentales, tan tocada en los últimos años; en segundo lugar, es muy bueno socialmente porque los ciudadanos que carecen de medios económicos se ponen en manos de intrusos de la profesión, con lo que la ayuda que se les preste para ir a esta clínica con tratamientos de coste reducido, supone también una lucha contra el intrusismo, y, por último, permitirá ofrecer una formación de postgrado a muchos profesionales que no pueden permitirse pagar las cantidades astronómicas que cuestan esos cursos». Y añade: «Será algo parecido a lo que se hace en la clínica Mississippi [clínica docente en la que se imparten másteres universitarios], con tratamientos tutorizados». En ese centro de formación figura el doctor Juan Manuel Aragoneses Lamas, que será quien se haga cargo de la nueva clínica proyectada desde el Consejo y que se pondrá en marcha en las primeras semanas del mes de febrero. El doctor Aragoneses formó parte del Comité Científico del Congreso del Consejo celebrado entre el 19 y el 21 de diciembre de 2013, cuya secretaría técnica corrió a cargo de Formadent, sociedad que preside el doctor Felipe Aguado, quien también participa en el nuevo proyecto clínico de la calle Rafael Calvo.

Mero intermediario

Villa Vigil, sin embargo, niega que la Fundación Dental Española tenga relación alguna con el doctor Aguado en este proyecto. «Nosotros –explica a GACETA DENTAL– somos intermediarios entre Henry Schein, firma con la que hemos establecido un convenio para que aporte el material con el que equipar los cinco gabinetes y el escáner de que dispondrá la clínica, y el doctor Aragoneses, en una acción combinada de iniciativa privada y del Consejo; en definitiva, se trata de subarrendar unas instalaciones en las que serán atendidos los pacientes que les mandemos desde la Fundación Dental Española. El doctor Aguado no entra en este convenio, pero si llega a un acuerdo con el doctor Aragoneses para impartir los cursos de formación ya es asunto de ellos». En resumen, el acuerdo establecido supone que «Henry Schein dona material a la Fundación, que se lo presta a la clínica y que se lo puede retirar si no funciona como es debido», simplifica Villa Vigil, quien siempre ha apostado por un proyecto «solidario y que no nos cueste dinero, como expuse en el Consejo General».

Juan Manuel Molina, director general de Henry Schein para España y Portugal, confirma a GACETA DENTAL que su empresa ha establecido ese compromiso a través de Henry Schein Cares, el programa de Responsabilidad Social Corporativa de la firma. «Cuando desde el Consejo se nos transmitió el concepto de clínica solidaria nos sentimos inmediatamente identificados con el proyecto, porque la responsabilidad social es uno de los pilares en los que descansa Henry Schein, que revierte así a la sociedad parte de los beneficios obtenidos. Por ello hemos puesto a disposición de los profesionales de esta clínica solidaria la última tecnología aplicada al sector odontológico para beneficio de los pacientes y también daremos soporte en los próximos años con los consumibles necesarios para cubrir los tratamientos, a través de nuestras firmas colaboradoras», explica el señor Molina.

Este tema está levantando ampollas entre una parte de la profesión, especialmente entre quienes se han mostrado más críticos desde hace tiempo con la gestión de Villa Vigil al frente del Consejo, por considerar que se trata de una competencia en toda regla con las clínicas madrileñas. Presidentes de colegios de dentistas consultados por GACETA DENTAL sobre el conocimiento que se tenía de este proyecto han manifestado que fue un tema del que se habló «por encima» en la Asamblea celebrada el jueves 19 de diciembre. Se trataba de «la creación de una clínica solidaria en la que se daría empleo a dentistas en paro», manifiesta una de estas fuentes colegiales consultadas, para quien «no cabe duda de que hay algo más detrás de todo esto».

Acciones similares

Pero Villa Vigil no entiende por qué ha surgido esta controversia al saberse de la creación de la clínica del Consejo «porque ya existe algo parecido en los colegios de León y de Asturias». Puestos al habla con ambos colegios, el doctor Tomás Solarana, vocal del asturiano, explica a GACETA DENTAL que, efectivamente, «desde hace un año existe un centro gestionado por Cáritas. La clínica se montó en un local cedido a Cáritas por un particular, el colegio estableció un convenio de colaboración con esa ONG, que fue respaldado por varias casas comerciales y por los colegiados asturianos, y contrató a un dentista que estaba en paro». «La idea básica de esta acción –resume el doctor Solarana–, aparte de dar solución odontológica a personas sin recursos, es crear un proyecto integral de reinserción laboral para gente en peligro de exclusión social». Algo distinta es la propuesta del colegio de León, desde el que se ha creado un programa de formación postgrado en el que participan alumnos que tratan a pacientes derivados desde Cruz Roja y Cáritas.

El presidente del colegio de Lugo, Alejandro López Quiroga, pone de manifiesto que «las clínicas solidarias son una necesidad social y una demanda colegial, pero su instauración debería hacerse mediante un protocolo unificado, en un proceso que ha de estar controlado por los colegios y tutelado por el Consejo». De hecho, el colegio que preside López Quiroga está trabajando en esa línea, «involucrando a todos los sectores sociales con el doble objetivo de dar atención a personas que se encuentran al borde de la exclusión social y proporcionar trabajo a profesionales que estén en paros».

Desde el Colegio de la I Región se muestran especialmente críticos con «una clínica solidaria que lleva por nombre Aragoneses y que han abierto en medio de dos clínicas de colegiados madrileños». Un portavoz del COEM asegura a GACETA DENTAL que «no es legal que la Fundación monte esa clínica y estamos esperando un informe jurídico por si procede querellarse contra esa iniciativa», que no es más que la de «una clínica que solo sirve para hacer el caldo gordo a su propietario, Juan Manuel Aragoneses, y a Felipe Aguado, que impartirá en la planta baja sus cursos de formación, que no serán tales, sino la forma de obtener una mano de obra barata». «Es una golfada», concluye el portavoz del COEM.

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