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Cómo anestesiar al paciente correctamente para que no pueda decir: “todavía lo siento”

Hay diferentes tipos de anestesia en el dentista que se pueden administrar a un paciente cuando está en la consulta. En el caso de la anestesia local, hay que tener en cuenta varias consideraciones para poder aplicarla correctamente y que el paciente no pueda decir aquello de “todavía me duele” o “estoy sintiendo todo”.

En relación a este tema, el Dr. Alan Budenz, dentista de San Francisco presente en la 157 Reunión de invierno de la Sociedad Dental de Chicago, indicó que «debido a la diversidad de los detalles de la anatomía humana, debemos ser diversos en nuestras técnicas para lograr una anestesia profunda y exitosa«.

Y es que lograr la anestesia completa del diente de un paciente cuando todo lo demás en la boca parece entumecido, es la dificultad más común a la que se enfrentan los odontólogos, destacaba en la cita científica norteamericana uno de los participantes.

Por eso mismo, el Dr. Budenz, durante su participación en el congreso, dio algunos consejos sobre cómo lograrlo.

Hay que conocer los puntos de referencia anatómicos

El clínico americano aconseja la palpación de la zona donde se va a proceder a la inyección. “No se trata solo de conocer los puntos de referencia básicos para cada técnica de inyección, sino también de palpar y apreciar las diferencias sutiles de cada paciente individual».

Gracias a la palpación, se puede saber si existe algún bulto de hueso, si las características o forma de la mandíbula hacen que haya que modificar el ángulo de la inyección o si el espacio del tejido es poco profundo o muy profundo.

También compartió que las imágenes de radiación no ionizante pueden ser una buena práctica para el futuro, pudiendo cambiar totalmente las reglas del juego, al ayudar a visualizar este tipo de características individuales.

Las inyecciones no se realizan igual en el maxilar que en la mandíbula

En el caso del maxilar, Budenz explicó que al ser el hueso relativamente permeable, administrar una inyección de infiltración cerca del ápice del diente en el que se va a aplicar el tratamiento ya sería suficiente.

Pero si hablamos de inyecciones de anestesia en la mandíbula, Budenz indicaba que, al tener una mayor densidad ósea, es mejor anestesiar los nervios que haga falta antes de entrar en el hueso. Además, conocer la anatomía en este caso es fundamental, ya que como bien explicaba el doctor: “La posible inervación accesoria de los dientes mandibulares se encuentra en el nervio bucal largo, el nervio milohioideo e, incluso, en los nervios auricular mayor y cervical transverso que suben desde el cuello. Entonces, ¿cuál es el mejor sitio para inyectar la anestesia?»

Sus recomendaciones fueron las siguientes:

  • La técnica Gow-Gates: “el anestésico se deposita cerca del foramen oval, por lo que hay mayor probabilidad de anestesiar todas las ramas nerviosas de los dientes mandibulares con una sola inyección», apuntó Budenz.
  • La inyección de bloqueo del nervio de la división mandibular de Vazirani-Akinosi: por lo general, en esta técnica la anestesia se administra a mitad de camino entre un sitio de inyección de bloqueo del nervio alveolar inferior convencional y el sitio de inyección de Gow-Gates. «Es una técnica que se ideó para anestesiar la mandíbula en pacientes que no podían abrir la boca debido a un traumatismo o trismo muscular», explica Budenz.

Sin embargo, no se puede administrar una inyección de Gow-Gates precisa y confiable a un paciente que no puede abrir mucho la boca, por lo que haría falta saber y ser capaz de usar con precisión una técnica diferente, según las palabras del doctor.

Preguntar y escuchar al paciente

En este orden de cosas, es importante hablar con los pacientes sobre experiencias previas con la anestesia: reacciones adversas, experiencias desagradables o problemas para adormecerse o permanecer adormecidos.

Budenz destaca que la confianza del paciente en su dentista es fundamental. «La ansiedad del paciente puede hacer que lograr una anestesia adecuada sea muy difícil y, en ocasiones, incluso imposible».

Aparte de esto, hay que preguntar sobre posibles alergias. Budenz exponía que «si un paciente informa que sufrió una reacción alérgica o sospecha que pudo tener una reacción a un anestésico, hay que obtener su historial completo y conocer las circunstancias. Incluso si es necesario, el paciente deberá someterse a pruebas de alergias a los anestésicos antes de comenzar cualquier procedimiento».

Fuente: Dr. Bicuspid.

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